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El silencio de una desnudez

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ivoralgor, 22 de Junio de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 414

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

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    Hombre
    El sueño de lo intenso
    suena en el lunar de una voz
    que deja su piel en mis labios.


    Es ilógico que dentro del día quepa un cielo tornado de seda, gemidos recios, sudor envolvente como lluvia de junio, de sol grisáceo y nubes bajas. A eso me recuerda su voz apacible que desde el teléfono móvil me daba los buenos días en días fríos y las buenas noches en noches calurosas. Jamás imaginé que me diría algo de esa manera:

    - Sabes que mi cuerpo es totalmente tuyo y se disculpa llorando por no estar a tu lado todas las noches – con una sonrisa lo afirmaba.

    Para disimular mi estremecimiento reía de nerviosismo y me llevaba las manos a los bolsillos del pantalón y cuando estaba desnudo giraba las muñecas. Ayer recordé ese silencio que deslumbraba su desnudez: cadera angostas, pubis menudo, largas y torneadas piernas, senos de tamaño medio – me enloquecen de ese tamaño tan seductor -, ojos miel, cabello castaño, nalgas pequeñas, y firmes, y una exquisita piel morena.

    - No seas tontito – me decía dándome una palmadita en la mejilla izquierda erizando todo mi cuerpo.

    Dejaba que llegara con su lengua hasta mi obligo y reía de nuevo pícaramente. Deja de jugar y dame más placer – pensaba en esos momentos y ella decidía seguir jugando en toda mi piel. Pero el silencio de su desnudez es lo que más me excitaba y aún hoy no sé por qué. Ella sabía de sobra eso y cada vez que tenía oportunidad me esperaba totalmente desnuda recostada, ya sea en la cama, el sofá o la alfombra del motel. Al terminar la faena le dejaba unos cuantos billetes – más de lo pactado-, y me marchaba en silencio.

    Una mañana sonó el teléfono móvil y su voz apacible se despidió de mí:

    - Es hora de irme papi y jamás olvides que mi cuerpo es totalmente tuyo y se disculpa llorando por no estar a tu lado todas las noches – dijo entre llanto y colgó.

    Otro silencio me espera en el motel, pero a ella jamás la olvidaré porque con ella fue mi primera vez y me enseñó las mieles del placer.
     
    #1

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