1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El sol ha muerto

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por xantos123, 7 de Enero de 2011. Respuestas: 1 | Visitas: 1001

  1. xantos123

    xantos123 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    10 de Octubre de 2009
    Mensajes:
    132
    Me gusta recibidos:
    27
    Oscura, vacía, solitaria, la larga noche es el legado de nuestro pueblo. Las distantes estrellas son la única luz que ilumina las sombras eternas del desolado paisaje. Desiertos parajes sin vida que recuerdan sombrías pesadillas que aterrorizan nuestros sueños. Una total oscuridad envuelve nuestro mundo, nuestras vidas y nuestras almas. Éste es el presente y el futuro que nos aguarda.....

    Cuando empezó nadie lo sabe, quizás llevaba siglos avisándonos de su agonía pero nadie se dio cuenta. La humanidad vivía inmersa en sus disputas, en sus problemas. El astro sol no importaba a nadie, los científicos decían que quedaban millones de años antes que nuestro sol diera signos de debilidad, nadie imaginó que algo así pudiera suceder, pero sucedió.....

    Los desiertos helados se extienden por un mundo muerto, sin vida. Una nueva era glacial ha provocado que todo el planeta esté cubierto de una capa de hielo de varios kilómetros de grosor. Ninguna región ni territorio ha escapado a este hecho, incluso los océanos han sucumbido al cambio, completamente helados son indistinguibles de la tierra firme. La vida ha dejado de existir sobre la superficie del planeta, nada ni nadie podría resistir las bajísimas temperaturas que se registran. Tormentas imprevisibles asolan con formidables huracanes los gélidos desiertos, su fuerza irresistible devasta regiones enteras. Ya no llueve ni nieva al quedar interrumpido el proceso de evaporación del agua, pero al principio un diluvio sin igual se precipito sobre la tierra, un diluvio que algunos aseguran que duró ininterrumpidamente varios años. El desierto helado es ahora el que gobierna el planeta.

    La oscuridad es absoluta, sólo las distantes estrellas pueden dar una esperanza de luz en el desolado paisaje, pero son raras las ocasiones en que los abrasadores vientos se calman para poder observarlas.

    El sol ha muerto y nuestro mundo ha muerto con él. Nada queda en su superficie que nos interese, ahora, la humanidad habita en sus profundidades en enormes ciudades subterráneas excavadas para escapar del frío exterior. Apenas quedamos unos millones de aquellos miles de millones que habitaron el planeta en el pasado. Las guerras, las enfermedades, el hambre han acabado con la mayor parte de la población. Sí, pudimos sobrevivir pero a un alto precio y sólo para ver la degradación de nuestra especie, la caída a la barbarie, al canibalismo, a la locura. Algunos pocos tuvieron la suerte de escapar a las estrellas quizás ellos hayan tenido un mejor final, por lo que es nosotros estamos destinados a la extinción, a desaparecer como especie. Nuestro pueblo ha sufrido una regresión constante desde que nos hemos refugiado en las profundidades de la oscuridad. La barbarie y la superstición han sustituido a la ciencia y a la razón, antiguos dioses olvidados han resurgido con fuerza y son abrazados con fervor, sacrificios abominables y rituales sangrientos han sumergido a la humanidad en una nueva edad, la más oscura que nos ha tocado probar. Y de ella, nadie, ni siquiera nuestra gente de ciencia cree que podamos salir. El sol ha muerto y con él toda esperanza de salvación, ahora, encerrados en las entrañas de la tierra vivimos una regresión a tiempos pretéritos que no tiene marcha atrás. Cada nueva generación olvida más y más de nuestra historia y nuestros conocimientos. Según nuestros teóricos estamos experimentando una regresión gradual y progresiva hacía la esencia animal de nuestros ancestros. El proceso durará generaciones pero es irreversible, no hay forma de cambiar este hecho. Lo que la humanidad tardó millones de años en alcanzar sólo tardará un par de siglos en perderse. Somos pocos ya los que aún pensamos y razonamos, intentamos guiar a nuestro pueblo por el buen camino pero es difícil. Su ignorancia es grande y mayor aún es la desgana que muestran por el conocimiento del pasado. Pocos entre ellos se interesan por materias que eran básicas hace 200 años para nuestro pueblo: matemáticas, lenguaje, historia, física, química... No se lo reprochamos ya resulta suficientemente duro sobrevivir en las duras condiciones de las profundidades. Incluso, nosotros los más eruditos hemos sucumbido a vergonzosos actos para sobrevivir como el canibalismo, el exterminio de los débiles y enfermos, el resurgir de la esclavitud y otros actos más abominables. Nosotros somos lideres, hombres investidos de sabiduría y conocimientos antiguos, nos hemos convertido en brujos, reyes y dioses para esas pobres criaturas que en tiempos fueron hombres y ahora se reducen a rebaños de ovejas que nosotros pastoreamos a nuestro antojo. Ya pocos recuerdan la superficie y aún son menos los que creen las historias que cuentan que en el pasado fuimos una raza joven y prospera que habitaba la superficie. Ahora, horadamos la tierra, excavamos buscando el calor del interior de la tierra y soñamos con encontrar el mítico mundo interior donde se encuentra el paraíso. Sí, entre nuestro pueblo circula la leyenda de que en el interior del planeta se halla el Edén, el paraíso perdido, el reino prohibido que sólo los dignos podrán alcanzar. Nosotros sabemos que eso no es cierto pero para qué desengañarlos si con ello tienen esperanza. También existe otra leyenda referente a una ciudad subterránea que nuestros ancestros construyeron antes del cataclismo y en la que habitan los que serían los últimos seres realmente humanos de nuestra especie, la llaman “Estrella de la noche”, pues sería la única luz en estas terroríficas profundidades, la última esperanza real para la humanidad. Pero es sólo otro mito más de nuestra gente, que nosotros sepamos no existe, ni ha existido jamás.

    ----------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Una noche sin fin que cubre una colina desierta, helada. Un pico que sobresale entre el paisaje glacial como el único testigo de la existencia de lo que fuera en el lejano pasado una alta montaña. La oscuridad es completa, las estrellas apenas se perciben entre las nubes que cubren el firmamento, el gélido viento aúlla su rabia al chocar contra el obstáculo. Pero algo cambia, sobre la colina un pequeño temblor se produce, un temblor que se repite cada cierto tiempo. ¿Un terremoto?, ¿tan localizado?, no puede ser, ¿entonces?. Primero un corrimiento de placas de hielo que se desprenden de la temblorosa colina, un alud de toneladas de rocas y hielo que se arrastran hasta su base. Luego, un movimiento, un pequeño punto casi imperceptible en medio de la noche y luego una débil luz que destaca como un faro en medio de la perpetua oscuridad. Una luz que ilumina una estrecha abertura entre las rocas de la antigua montaña y dos formas que se recortan, dos sombras que salen a la intemperie de la desolada colina, el viento los recibe con sus gélidas ráfagas pero las formas se mueven con soltura, portan luces que el planeta no ha visto desde hace siglos, potentes linternas que iluminan su camino. Su trayecto es corto, se detienen cerca de una gran roca ¿cuadrada y lisa?, tardan unos minutos trabajando sobre ella y luego la abren. Es en realidad un puerta que conduce a otra abertura, se introducen en ella y la luz desaparece por unos minutos. Luego, vuelven a salir portando algo sobre lo que parece una carretilla. El viento aúlla y gime con toda su fuerza arrastrando su gélido aliento sobre la colina y sobre las dos formas. Éstas empiezan a trabajar sobre el extraño aparato que transporta la carretilla. Es una esfera metálica con múltiples pinchos, posee ocho patas que están fuertemente ancladas a la carretilla, dos largos brazos metálicos se proyectan hacía el cielo y su base es un gran plato cóncavo de un metro de diámetro. Después de varios minutos una serie de luces multicolores empiezan a desprenderse del extraño aparato y las dos figuras se separan de él e inmóviles aguardan como si fueran estatuas de piedra. Pero, ¿qué aguardan? Veamos que dicen:

    - Está todo listo.
    - El transmisor funciona, es increíble.
    - Pues claro que funciona fue expresamente diseñado para durar lo que hiciera falta.
    - ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar?
    - No lo sé, nadie lo ha intentado antes.
    - Espero que sea pronto, nuestros trajes no podrán resistir este clima mucho tiempo más.
    - ¿Y si nadie contesta? ¿Qué haremos entonces?
    - Si no contesta nadie significará que estamos perdidos, que nadie vendrá a rescatarnos y que nuestra especie quedará abocada a la extinción.
    - Pero ellos están ahí fuera, nos prometieron que volverían, que no nos olvidarían. Hemos cumplido nuestra parte les hemos concedido doscientos años, doscientos años desde que nuestra civilización quedó destruida.
    - Sí, pero no sabemos si tuvieron éxito en su misión. Si nos ponemos en lo peor....
    - ¿En lo peor? Nuestro mundo está muerto, pronto nuestra raza también lo estará si no hacemos algo. Ellos son nuestra única esperanza, ya no disponemos de la tecnología para salvarnos por nosotros mismos.
    - Debemos tener paciencia y esperanza, recuerda que éste es sólo el primero de nuestros intentos. Si no es ahora, habrá otras oportunidades.
    - ¿Oportunidades? Tendremos que esperar cinco años hasta la siguiente ocasión.
    - Así fue acordado, deberemos repetir la señal cada cinco años, el mismo día, a la misma hora durante una hora hasta que estén preparados para responder.
    - Y si no nos contestan.
    - Lo harán cuando estén preparados.
    - ¿Y si nos equivocamos de día, de hora, de año?
    - Imposible, los cálculos han sido minuciosos.
    - ¿Y si ocurre?
    - No ocurrirá.
    - Debimos ir con ellos, debimos hacerlo.
    - No podíamos hacerlo, salvar a toda la humanidad era imposible, imposible. Ni siquiera ellos sabían a que atenerse, iniciaban un viaje a lo desconocido. ¿Quién sabe lo que han tenido que pasar para salir adelante? ¿Quién puede decir que ellos fueron los afortunados y no nosotros?
    - Y si sucede lo peor, y si no hay nadie escuchando, y si nunca lo hay, y si...
    - Debemos mantener la esperanza es lo único que le queda a nuestro pueblo, sin ella moriríamos.

    Las dos formas permanecen unos instantes más sobre la desolada colina, luego empiezan a recoger el aparato y arrastran la carretilla otra vez dentro de la abertura. Tardan otra media hora entre diversos trabajos, sus luces se mueven de aquí para allá en una frenética actividad hasta que cierran la abertura colocando la roca cuadrada y lisa de nuevo en su sitio. Después recorren el camino de vuelta a la abertura por donde salieron, las temblorosas luces se introducen en ella y luego desaparecen en su interior cuando una roca es colocada otra vez en su sitio. De nuevo, sólo queda la oscuridad y el viento que aúlla en las gélidas tinieblas del lugar.
     
    #1
  2. Serpen Phlox

    Serpen Phlox Invitado

    Interesante relato. Más Ficción-Ciencia que Ciencia-Ficción. Lo que ayuda mucho es el manejo de las escalofriantes imágenes que abundan. Me gusta la Ciencia-Ficción "dura", así que yo puliría un poco más las bases científicas en las que se basa el relato una vez que se ha apagado el sol.

    Felicidades.
     
    #2

Comparte esta página