El sueño perdido

La mañana en el alma, el desconsuelo
del sueño ya perdido, el despertarme,
inclemente vigilia que al poblarme
me arrebata tirándome en el suelo.

Porque tengo conciencia de tu Cielo
donde sé nunca dejas de esperarme
acepto que el dolor venga a buscarme
antes de contemplarte tras el vuelo.

Pero, ¿y este sufrir, el de este instante,
cuando aún te vislumbro en lo distante?,
¿a qué purificarme corresponde?

Aparta mi ignorancia, en tanto muera
o llega otro mayor, que yo quisiera
amarlo por llevarme a Ti… ¡Responde!​

 

Un poema impactante, perfumado de la nostalgia que traen el desencuentro o la pérdida...Gracias por compartir tu arte, amigo poeta!! Un abrazo afectuoso

 

Querido Miguel: No es la primera vez que comentas un poema mío en primer lugar. Me haces ese honor. Además me dejas tu palabra amable junto con tu consideración.
Mil gracias por eso y por tu amistad.
Recibe mi abrazo pleno de afecto.
Salvador.

 

Wow!!! Te deja estupefacto este poema, Salvador, y no es para leerlo una vez... ya van tres! Ja. Maravillosas letras de desconsuelo y dolor que desgarran.
Gracias por compartir esta obra.
Un fortísimo abrazo.

 

Ayyy mi querido Salva, no pierdas el sueño, ese sueño maravilloso en que te sientes cerca del Cielo y del Ser que lo habita, y es que yo creo que Dios también sueña y nosotros somos su sueño, y mientras soñemos estamos vivos en él, en su amor, aquí estamos de paso y el sufrimiento también, compartiremos algún día el sueño divino, y seremos Uno con El... porque ahora somos trocitos desperdigados, trocitos de Él que salimos a Su encuentro. Profundo, místico, elevado y maravilloso este pedazo soneto que tu prodigiosa inspiración nos comparte, ayyyyyyyyyyyyyyyyyy......muááááááááááacksssssssss.....

 

Que bueno sería repasarlos a gusto. Saludos cordiales, Salvador.

 

Anhelantes y lucidos versos nos regalas, Salvador. Todo un placer de lectura. No creo que te responda sino a través de la fé.


Un abrazo.

 

GRacias por compartir tan bello poema, Abrazos querido Salvador.-

 

Muchas gracias, querido Ángel, por este acudir a mis letras y dejar tu amable huella en ellas. Muchas gracias también por todas tus consideraciones.
Con un gran abrazo, amigo.
Salvador.

 

Tu visión, siempre certera y consoladora, querida amiga. Muchas gracias por acompañarme y por estar siempre en mis espacios con tu mirada amable y considerada.
Siempre tuyo,
Salva.

 

Mil gracias, querido Sergio, por este acompañar mis letras con tu palabra certera.
Con un saludo, muy afectuoso,
Salvador.

 

Celebro que estas letras hayan resultado ser de tu agrado, querido Vicente, Mil gracias por dejar tu amable huella.
Con un fuerte abrazo,
Salvador.

 

Muchas gracias siempre a ti, querida Catia por acudir y dejar tu amable rastro.
Un abrazo fraterno y afectuoso.
Salvador.

 

Comparto la preocupación por el silencio de Dios.

Buen soneto.

 

Mil gracias por la gentileza del comentario. Efectivamente ese silencio está, pero Él siempre sabe más.
Con todo afecto, un saludo muy cordial.
Salvador.

 

Hondo soneto, Salvador. Lo he leído con fruición. Tus versos salen del ama con su vuelo trascendente y arrastran al lector a metas inefables. No entro en consideraciones técnicas sobre la forma, porque lo importante es esa resonancia emotiva autor-lector que tan acertadamente resuelves. Decirte únicamente que me ha gustado mucho tu soneto y que seguiré leyéndote para disfrutar de tus versos.

Recibe mi consideración y afecto.
Felipe.

 

Muchas gracias, querido Felipe, por este transitar en mis letras y por las palabras que dejas en ellas. Celebro que hayan resultado ser de tu agrado. Serás siempre muy bienvenido en estos mis espacios.
Con todo afecto, un saludo muy cordial, de nuevo agradecido.
Salvador.

 

Un poema de fe y lejanía cuya lectura conmueve al lector al ser alcanzado por el vuelo lírico del sentimiento.
Saludos, Salvador