El tiempo...

El tiempo pasa y los chicos crecen. Los años convierten a los mares en charcos, a los monstruos en sombras y a los recuerdos en nostalgia. El prisma de la mente deforma la percepción a golpes de experiencia. Ya nada nos hace reír… el orgullo nos engaña para dejarnos esperando a aquellos que nunca estuvieron, nos convertimos en asesinos de fantasías, de sueños, de memorias… El tiempo pasa y muchos niños mueren ahogados en el río de la eterna adolescencia fingida… nada sobrevive, la inocencia queda abandonada en lo profundo de la conciencia y el amor… el amor se hace efímero, pasajero, denigrante…
Hoy sentí que mi niña interior moría… escuche sus gritos suplicándome clemencia… pidiéndome que la deje vivir un poco mas, respirar un poco mas…
Perdón pequeña por no entender tus palabras, perdón por no escucharte, por matarte poco a poco hasta dejarte sin fuerzas para pelear… pero… crecí, y nosotros que somos un poco mas grandes ya no creemos en fantasmas y cuentos de hadas, no tenemos los mismos miedos… queremos crecer desesperadamente… ser “libres” de las cadenas que nos atan a otros, estar solos…
Perdón por no salvarte, por no conservarte ni en mi recuerdo… ya no se como eras, te olvide tan rápido… perdón por enterrarte, por no dejarte seguir jugando a las escondidas en los pasillos de mi memoria… perdón por soltarte, por no tomar tus manos y caminar contigo entre la oscuridad del tiempo… perdón…no tuve la valentía para seguir siendo niña en este cruel mundo de grandes.