El Titanic de los Vampiros

En aquel mar negro estábamos navegando en un inconexo rumbo de relámpagos y truenos, el barco perdía el control, (en el cielo buscábamos la entrada que nos traería de vuelta) en nuestra cabina estábamos asustados por morir, pero te pedí que absorbieras de mi el último aliento de vida, seria aquel suspiro que te llevarías de recuerdo.

Rojas eran las nubes la lluvia caía como meteoros, yo te decía ¡Mi amor abrázame siente la música que late repentinamente en mi pobre corazón! Ese sonido te salvara, y aunque muera ahogado, renaceré y me esperaras en aquel columpio donde tanto jugabas cuando era niña, aunque no me creas yo te miraba.

Ahora te daré algo de beber es la sangre de mi pulso, tómala al principio te sentirás mareada y extasiada, tal cual como si hubieses ingerido alguna droga de amor, y al día siguiente te darás cuenta que esto solamente fue una pesadilla, te buscare te hare un truco de magia, morderé tus pechos, te hare cosquillas con mis dedos a los alrededores de tu ombligo, y en tu cuello dejare las marcas de mis colmillos.

Ahora veras que somos inmortales no envejecemos, pero andaremos en puros sitios oscuros y sucios por fuera, rodeado de roedores y cucarachas, pero allí adentro de esa alcantarilla en una parte oculta, tendremos nuestra propia mansión con todos los lujos, solamente no salgas a la luz del día mi amor es lo único que te pediré que no sacrifiques tu piel.
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