El Titiritero

La crisis es un carroñero despreciable, una alimaña voraz que se esconde en las sombras. Nunca la vemos realmente, únicamente vemos los estragos causados por su caótica voracidad.

¿Por qué es un carroñero despreciable?

Porque es un parásito. Se alimenta del miedo y la estupidez y la falta de solidaridad; eso que los banqueros y los hombres trajeados llaman "crisis de confianza". Esos mismos hombres trajeados piden solidaridad cuando son los mismos que imponen las leyes de mercado y de libre comptetencia a los pobres del mundo... Disimulando con una capa de lustre y paternalismo condescendiente y pomposo sus actos de subyugación económica y de imposición de la ley del más fuerte.
Hay quienes, erróneamente, ven a la crisis cual titiritero que controla a los hombres trajeados. Esta imagen es un error: la crisis es una bestia estúpida. No es ella quien mueve los hilos. Ellas es una consecuencia.

El titiritero es un ser grotesco de cinco brazos: Egoísmo, vanidad, voracidad, ambición y prepotencia.
No tiene nombre, pero cuando veo a familias enteras removiendo la basura en busca de comida, y sólo interiormente, me refiero a él como Dios. Pues, ¿no se supone que los humanos son de la misma naturaleza que su Creador?

Y ¿Por qué no lo declaro a voz en grito cual profeta enloquecido?

Porque tengo miedo. Miedo de que pronto mi familia sea una más de las que buscan comida caducada en los contenedores.