"El triunfo del vivir"

[center:4867cc17c9]"El triunfo del vivir"[/center:4867cc17c9]
Conduzco para marchar de mi oficio, observo el reloj, hora predeterminada para celebrar con emoción mi aniversario, con las calles perfectas de luz cuando con luna llena y aunque solitarias, oscura se convierte el camino que ha de recorrer; el festejo espera y todo me bloquea.

Dirigiéndome a mi casa, a lo lejos se distingue una luz extraña que redondea, mi corazón se pasmo y mis sentidos se detienen que desde mi alma se conmueven, me inutilizo, veo a mi esposa llorar lagrimas ganadas de tristeza, ante un publico inmenso frente de mi casa, que se ilumina con las luces rojas de ambulancia; solo grito con miles de ideas girando sobre mis pensamientos, solo palabras de perdición con mucha desesperación para llamar toda la atención. Contestan entre voces ocultas de la multitud un nombre, mi único hijo de dos años, mire hacia mi verja donde me abrieron paso, la impresión me golpea fuertemente en mi pecho, mi hijo guindando por el cuello, con la estaca de un filo de la verja, perforado como un títere lidiado de sangre y sus pies flotando en el aire, llore como un niño, gritando y exigiendo, mis ideas cambio y mi entorno se desmorono, y aunque la atención fue inmediata estuvo sin signos de vida, rápidamente reclame:

-¡Por favor!, llévenlo a la clínica ( repetidamente con gestos de desesperación ). Desanimados los alojaron en la clínica local.

Los médicos no ofrecían consolación alguna y mi esposa arrodillada gritando cientos de suplica de milagros frente a su cama, que con una manta lo cubría, donde estaba tintada de sangre con lagrimas de su madre, de despecho, pero, antes de salir de la habitación dicha, una conmoción se presenta, esta vez junto a la esperanza y la salvación, un movimiento sutil se percibió de su pie izquierdo y los médicos con cara larga y ojos de asombro, acudieron a todos los recursos de auxilio mientras llamaban a las enfermeras; su corazón latió.

Días no fueron necesarios para curar tal remedio, permanece en coma tres meses con unas estadísticas muy bajas, totalmente inmóvil, sin embargó, su cicatriz fue curada milagrosamente sin rastro alguno (Doctores diagnosticaron una cicatriz severa y desagradable), pero, con mucha certeza tal doctor aseguraba que su cuerda vocal estaba destrozada.

Semanas después, sus ojos comenzaron a abrirse,  era un nuevo paso para la progresión mi hijo. Estaba con el suero colgado y su cuello virado, solo observaba y escuchaba, poco mas tarde, contrate a un payaso y una feria de globos para alegrar al hijo que tanto amaba, con el payaso alegrando la habitación con chistes y composición, en un momento inesperado, para la actuación, sin decir ninguna explicación se marcha y diciendo adiós, de momento, mi hijo se anima y se sienta de costado y me dice:

-¿Papa, quien era?, (con voz de afligido y dio entre pausas continuo ), se vio una luz. Con sus manos trataba de tocar tal dicha luz.

El padre con tan asombro se percato y antes de decir, su hijo dijo:

-Creo que era Dios.
[center:4867cc17c9]Inspirado en un hecho real[/center:4867cc17c9]

[center:4867cc17c9]"Cada día será un cuento para la ciencia y historia para la creencia"- El mago.  [/center:4867cc17c9]

 

Este relato me recuerda algo similar que paso cuando mi sobrina le diagnosticaron cancer. Ella solo tenia 3 años de edad. Cuando ya estaba muy enferma y apunto de morir cuenta su madre que la niña decia que veia una luz y extendia su mano para alcanzarla. En fin este relato me llevo a recordar esos momentos dificiles que paso la familia...

Abrazos azules poeta y es grato verte escribir de nuevo.