El vendedor

Les voy a contar una historia, la historia de un vendedor de flores que se llamaba Josué, él era muy feliz, aunque vivía en pobreza, a él le encantaba vender flores por que a él desde pequeño le gustaba el jardin de su abuela, veía como las mariposas se posaban en las flores, dándoles un toque de hermosura. Le encantaba vender flores, así que se pasaba todo el día vendiendo en las calles, casa por casa, en los autobúses, en todo lugar y con todo tipo de persona. Él era muy inocente y no sabía mucho de la vida por que sólo vivía en el mundo de las plantas, es más decian que estaba loco, por que hablaba con los animales y le cantaba al viento. Las personas del pueblo decían a todos: -"No compren flores con ese joven por que esta loco, y los puede maldecir".
Aunque sus flores eran preciosas, llenas de vida y nadie le compraba flores, él seguía insistiendo porque amaba lo que hacía. Sin embargo Josué comenzaba a desanimarse por no vender nada y no llevar nada a casa. Así que se propuso subir a los autobúses a vender sus flores, y ahora eran flores de todo tipo, con envolturas atrayentes, pero todas las personas lo reconocían y gritaban:
- ¡Es el loco de las rosas, nadie le compre nada!
Pero un día una muchacha llegó al pueblo, y al no saber de la situación ella se compadeció de él y le compró un ramo de rosas rojas, él se pasmo con su belleza, ella era hermosa, tenía unos ojos tan azules como el mar y tan definidos como el cielo, su cabello era largo y negro como la noche, sus labios tan delgados, y finos.
El vendedor le preguntó su nombre:
-¿Cómo te llamas?- dijo él...
Ella le respondio: -Brisa, ese es mi nombre...
Días después se enteró de que aquella muchacha que le había robado el sueño, que la había imaginado como una ninfa, como la flor más hermosa, ella era la muchacha más rica del pueblo, su padre era dueño de muchas cosas.
Al oir esto Josué se pone triste pues no tenia nada que ofrecerle, pero se le ocurrio una idea, el trabajaría muy duro para poder tener el amor de aquella hermosa joven.
Empezó a trabajar muy duro, más nadie le compraba sus rosas, entonces pensó:
Vendere rosas y globos, y comenzó a vender rosas y globos, y gritaba:
-¡Vendo rosas y globos!. Pero nadie le compraba, el se desesperó y se dijo:
Ahora vendere rosas, globos y... ya sé, tambien venderé amistad, todo el mundo necesita de un amigo, y yo venderé amistad.
Entonces se levantaba muy de mañana, y gritaba:
-¡Vendo rosas, globos ah!.. y amistad!
Pero todo seguía igual...entonces el pensó y pensó. Y dijo: - ya que no logro vender ni rosas, ni globos, ni amistad venderé algo más, vendere amor, todo corazòn necesita amor.
Y esta vez puso un letrero muy grande que decia: "Se vende amor"
Casi toda la comarca se acercó a ver, pero sólo lo hacian para burlarse de él y diciéndole:
-Dices vender amor,entonces ¿tu por qué no te consigues un amor?
Entonces Josué todo triste pensó ir a conseguir trabajo a la casa del padre de Brisa, para así poder verla todos los dias y tal vez así ganarse su amor.
Cuando llegó a la casa lo primero que vio fue a su amada y cuando le dieron por fin el trabajo él se puso muy feliz.
Todas las noches el planeaba como conseguir el amor de Brisa, él pensaba que si llegaba a ser el mejor empleado del señor Sebastian, que era el padre de su amada, entonces él dejaría que se casara con su hermosa hija.
Así pasaron los días, los meses y los años, Brisa estaba más hermosa y Josué más enamorado de ella.
En el trascurso de todo este tiempo Josué habia llegado a ser uno de los mejores trabajadores de don Sebastian así que él estaba muy feliz, y entonces se decidió a declararle su amor a Brisa, pero él no sabia lo terrible que sería la respuesta.
Él había descubierto que Brisa salía todas las tardes hacia un lago que quedaba cerca de su casa, así que Josué tenia dudas de por que Brisa iba a este lugar todas las tardes, él pensaba que tal vez sería por que este lugar era muy bonito y era el lugar preferido de ella, asi que se dijo:
- Le declararé mi amor en su lugar favorito!
Así que al día siguiente la siguió hasta aquel lago y se escondió detrás de un árbol, desde lo lejos vio como Brisa esperaba a alguien... pasaron algunos minutos para darse valor, cuando un joven se acercó a ella y le dio un beso.
A Josué se le salieron las lágrimas, y al intentar huir de aquel lugar, pisó una rama seca, entonces Brisa y aquel joven lo descubrieron, Josué huyo hacia su casa, se paso toda la noche llorando por que el amor por el que tanto había luchado se le había ido de las manos... no fue a trabajar en días.
Brisa se sentía muy mal por lo que había pasado pero ella solo lo quería como amigo, así que fue a buscar a Josué y le explicó todo, le dijo que lamentablemente no lo amaba y que muy pronto se casaría con aquel joven del lago.
Josué sintió mucha tristeza pero tanto amaba a Brisa que la dejó ir y le deseo felicidad.
El día de la boda de Brisa Josué no fue, él habia regresado a su mundo, al de las flores, y volvió a su antiguo trabajo sólo que ahora no vendería amor, ni amistad, solo rosas.
Ya que los sentimientos no se venden ni se compran, si no se cultivan y se dan gratuitamente a ala persona que queremos .