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El verdugo inconsciente

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Kwisatz, 19 de Noviembre de 2013. Respuestas: 2 | Visitas: 764

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
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    EL VERDUGO INCONSCIENTE


    A menudo no somos conscientes, o no queremos serlo, de que la realidad que vivimos día a día es hija de nuestros actos.


    Cuando tenemos conocmiento de las muchas tragedias humanitarias que asolan al mundo a través de los medios de comunicación nos indignamos y nos entristecemos. Maldecimos a los gobiernos, a las multinacionales, a los bancos… y nos asalta una sensación de impotencia y rabia por creernos incapaces de hacer algo para remediar tan catastrófica situación.


    Afortunadamente ante tanta conciencia sucia en los últimos tiempos han proliferado Organizaciones No Gubernamentales sin ánimo de lucro (ONGs) dedicándose a altruistas proyectos de toda índole para apagar las llamas de nuestros infiernos personales.


    No es la intención de éste que escribe atacar a dichas organizaciones, cuya labor es loable y por desgracia muy necesaria.

    Sin embargo no son más que un parche que no ataja ni por asomo los problemas reales. Es la limosna que ha inventado el Sistema para mantener una apariencia de hipócrita humanidad.


    El papel de las ONGs es comparable al del esforzado marinero intentando evitar el naufragio de un barco achicando agua con un cubo cuando hay una inmensa brecha en el casco.

    Es una forma gráfica de ejemplificar los desequilibrios en las relaciones comerciales internacionales. Porque es ahí donde radica el origen de la pobreza y todos sus derivados. Y nosotros, los ciudadanos del denominado primer mundo, somos los responsables en última instancia del mismo.


    Ni festivales de música solidaria, ni maratones contra la pobreza, ni bonitas campañas de ayuda al tercer mundo apadrinadas por caras famosas y así un infinito número de gestos de cara a la galería. Pregúntese ¿Se ha interesado alguna vez por saber cómo y en qué condiciones se produce lo que compra? ¿Ha valorado alguna vez un producto más allá del precio o lo conveniente que resulte para sus intereses particulares? ¿Se preocupa de exigir a las compañías que le sirven sus productos o servicios que sean responsables con los derechos humanos, los derechos del trabajador y el trato al medio ambiente? ¿Sería capaz de anteponer estos valores por encima de sus apetencias personales a la hora de realizar una compra?
    Estas preguntas se responden por si solas. Basta con analizar nuestro comportamiento de compra cotidiano para darnos cuenta de que no.


    Si no somos autoexigentes en estas cuestiones no estamos moralmente autorizados para exigir nada a nuestros gobiernos, a las multinacionales o a los bancos, porque estos no son más que un reflejo de la sociedad que hemos creado.
    A lo único que tenemos derecho, en todo caso, es a reclamar información transparente y detallada sobre las compañías a las que compramos y los productos que consumimos, para así poder ejercer nuestra responsabilidad personal de forma totalmente consciente.


    Porque sí, nosotros somos verdugos, verdugos inconscientes. No alcanzamos a entender en toda su profundidad el enorme poder que reside en el mero gesto de consumir.
    Cada vez que favorecemos con nuestras compras a alguna de las empresas que explotan y se aprovechan de los seres humanos y los recursos de los países más desfavorecidos estamos condenándolos.
    Y no sólo a ellos. También nosotros nos estamos poniendo la soga al cuello con estas conductas. La precarización de la vida y las condiciones laborales en las sociedades del primer mundo tienen el mismo origen dado que vivimos en un mundo globalizado donde todo está interconectado y fluye el dinero.


    Basta pues de limosnas y de parches para aliviar conciencias. Coherencia y responsabilidad.
     
    #1
  2. Mave

    Mave Invitado

    Bueno, esencialmente estoy de acuerdo, lo que pasa es que sin ni lo uno ni lo otro, los perdedores son los más desfavorecidos, a los que van destinados los "parches". No sé, no tengo demasiada fe en el ser humano para que llegue a ser coherente y responsable.
    Me gustó tu escrito.
    Saludos.
     
    #2
  3. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    281
    Me gusta recibidos:
    149
    Hola Mave y muchas gracias por tu comentario.
    Entiendo lo que dices. No era mi intención cargar contra las ONGs, aunque sí he de decir que encuentro aspectos cuestionables en su gestión que no voy a entrar a valorar ahora.
    Lo que esta claro es que la labor de las ONGs ha sido asimilada por el sistema y ahora mismo forma parte del engranaje económico.
    Los logros de estas organizaciones no suelen ir más allá de las urgencias humanitarias, y pocas veces consiguen contribuir significativamente a cambiar los equilibrios de poder, que es donde radica el problema de fondo y el origen de las desigualdades.
    Desgraciadamente las ONGs se ha convertido en la cara amable de sociedades de consumo despiadadas y están siendo utilizadas como una herramienta de lavado de imagen.
    Ya sé que soy extramadamente duro en mis juicios. Pero el hecho es que cada vez hay más organizaciones de esta índole y sin embargo la brecha de la pobreza crece año a año.
    Porque lo cierto es que, hasta que no nos convirtamos en consumidores éticos, y no consumidores de la ética, las cosas no cambiarán de verdad.
     
    #3

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