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El verso

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por ivoralgor, 6 de Mayo de 2015. Respuestas: 2 | Visitas: 437

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

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    Las lágrimas me sorprendieron una vez más. Seguí, como siempre, la ruta para ir a la oficina. Recordé a Omara. Ella llenaba, con todo, los vacíos que había en mi vida; las soledades que inundaban todo en mí. Era el oasis de mis pasiones. Eres un ingenuo, me decía, al pensar que todo se tiene que hacerse a tu manera. Baja la mirada y me acariciaba la cabeza. Minutos después nos entregábamos a las caricias.

    Jamás me había sentido tan a gusto, incluso, enamorado. Sí, enamorado hasta los tuétanos. Ella no me pedía nada, pero en cambio le daba todo lo que era. Cambió mi manera de ver las cosas.

    La razón de caer en sus brazos fue porque Andrea, mi esposa, ya no me comprendía. Me menospreciaba hasta en la cama: ¡Lo tienes chico! ¡Por los menos, muévete! Repudiaba, en silencio, mi forma pasiva de ser. No eres como Gilberto, me recriminaba, ese si es un hombre. No tenía nada contra mi vecino, un atleta del ciclismo de montaña, que gustaba de flirtear con cuanta mujer se le paraba enfrente. Andrea era una de ellas. Para no discutir, salía de la casa y deambulaba para intentar olvidar el episodio. Así fue como empecé a salir, por las noches, a correr por las calles. No tenía itinerario, me dejaba llevar por el momento. Una noche tibia de abril conocí a Omara. Me distraje y la arrollé. ¿Te lastimaste?, pregunté tendiéndole la mano. Movió la cabeza de un lado a otro como respuesta. A su lado, tirados, estaban unas galletas y una Coca-Cola. Me llamo Jeremías, dije recogiendo las cosas. Omara, respondió sacudiéndose el pantalón. Me volví a disculpar y seguí mi camino.

    Sin querer empecé a seguir la misma ruta para encontrarla de nuevo. Cosa que ocurrió tres semanas después. Me detuve para saludarla. Hola, dije, ¿te acuerdas de mí? Escuché un sí tímido. La plática se prolongó quince minutos. Acordamos salir a tomar un café, o algo, para enmendar mi descuido al arrollarla la primera vez. Andrea seguía con las recriminaciones. Ahora sales a correr. Eso no te servirá para que te crezca tu cosita, decía haciendo un ademán con dos de sus dedos de la mano, representando un espacio pequeño. Resoplaba y me metía al baño.

    La noche que salí con Omara fue de descubrimientos y aperturas. Era soltera, la segunda de tres hermanos, trabajaba como química en un laboratorio clínico. Soy casado, tengo un hijo y trabajo como analista de costo de una empresa, le conté lo menos escabroso de mi vida. Su risa era encantadora, contagiosa. Poco a poco nos frecuentábamos más. Al cabo de seis meses le robé un beso. Estaba sorprendida, pero respondió con más pasión. La noche estaba estrellada y recorrer su cuerpo me causó un sentimiento nuevo, una necesidad imperiosa. Las caricias nos llevaron a un motel. En esos momentos sólo éramos ella y yo. Andrea podía irse a la chingada de una buena vez. Mauricio, mi hijo, me detenía.

    Estuvimos juntos cerca de tres años. Omara se fue a vivir a otra ciudad, una oportunidad para su crecimiento profesional. No podía detenerla, aún tenía sueños que cumplir; y yo no pude dejar a mi hijo con las bruja de su madre. Andrea me recrimina poco, resultado de la golpiza que le di cuando me provocó al llegar una noche; la última noche que estuve con Omara. Me dejé llevar por la ira y la mandé al hospital. Me demandó, la hija de puta, por violencia familiar y casi pierdo la custodia de Mauricio.

    Francisco Céspedes llena con su voz el carro con las notas de “Vete de mí”. Las lágrimas escurren por debajo de los lentes oscuros y aún faltan diez kilómetros para llegar a la oficina. Omara, el verso que, de cuando en cuando, me duele recordar.

     
    #1
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  2. joblam

    joblam Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Un final lleno de mucha nostalgia por la ausencia y el amor profesado a la bella joven. Queda de relieve la protección del padre hacia el hijo concebido de no dejarlo desamparado. Plasmas en tu prosa una realidad vivida en cualquier sociedad donde podemos ser el protagonista. Un placer leer tu agradable y entretenida prosa. Dejo mi firma con muchos saludos.
     
    #2
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  3. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
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    Así es Joblam, la realidad supera a la ficción y simplemente plasmo lo que cotidianamente podemos vivir los seres humanos en algún momento de nuestras vidas, independientemente de nuestra nacionalidad o situación geográfica.

    De regreso los saludos!!
     
    #3

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