El Viaje

Estoy completamente empapado. No hago más que transpirar desde que me levanté esta mañana.
Se acerca la hora, y transpiro cada vez más, ¡esto es alucinante!
Me estoy convirtiendo en una gota de agua, en un mar.
A mis cuarenta años mi corazón es una bomba. Mis venas son autopistas de aeropuerto
y mis pies no tocan el suelo... ¡Estoy vivo!...Voy a cambiarme de camisa.

Se llama Juana. Es pintora. Profesora de Bellas Artes en la universidad.
Maravillosa. No hay poesía para describirla. Su elegancia me enseña lo antiguo.
La suavidad de sus movimientos es hipnótica .
La dulzura de su boca revienta las palabras y su mirada nada tiene que ver con los libros.
Sus manos son botellas de cristal llenas de nubes
y su cuerpo, un látigo de montañas encadenadas...Voy a cambiarme de camisa otra vez.
Es nuestra primera cita. Restaurante rojo con luz tenue y camareros altos.
Cordero a lo ruso. Salgo.
Estoy llegando al lugar. Soy un océano. Veo una farmacia. ¡ Una Farmacia!
Bromeo...- Hola, me da un preservativo para la capilla sixtina... ja, ja.
Sí, un momento..........................................................................................Aquí tiene.
Gracias, ¿Cuánto es?.
Son treinta y nueve millones de enfermos.
Salgo de la farmacia sonámbulo. Paro un taxi con dirección al aeropuerto.
Embarco en el primer vuelo hacia Roma.






Isaac Cuende.

 

¡¡¡Genial!!!. Mi mente calanturienta iba por otros derroteros.

Un besazo

 

B R A V O O O O O O O.

 

...Increible... quedé encantada...