el viaje

Desperté después de aquel momento especial, el instante cuando se produce el cambio entre la noche y el día pregonando el amanecer. El camino dejó de estar limitado por las sombras, lentamente se alejó hasta terminar en un punto en la distancia.

El conductor me transmitía seguridad, presentía que había efectuado otros viajes, me había advertido antes de comenzar que ese era su trabajo y consideraba un honor el poder hacerlo.

La luz se hacía cada vez más intensa, era la señal de estar cada vez más cerca de nuestro destino y más atrás del pasado, de los recuerdos. Todo era colmado por la impaciencia de llegar y conocer lo nuevo, a pesar de la serenidad que emanaba del lugar una inquietud conmovía mi interior a la vez tenía la suficiente seguridad de hacer lo indicado. Un resplandor casi material se presentó de improviso, era el instante de separarme del conductor.

-Deberás´ esperar al guía.

Un gesto de cordial despedida y se alejó.

Había llegado, era parte de todo, lo más grande, lo más pequeño, de todas las distancias, dueño de todo mi interior parte de la nada.

-Seas bienvenido.

La voz me era familiar, solamente lo estaba encontrando otra vez, una sensación de respeto de confianza, de alegría por tenerlo a mi lado.

-Te esperábamos, especialmente me es favorable tu llegada y te mostraré con sumo agrado lo que va a ser tu morada donde emanan y terminan todas las vibraciones.

Sabía en donde estaba, cual era mi misión aún lo ignoraba. Seguí al guía en donde había personas reunidas, me integré a ellos al sentir su cálida acogida. El guía hizo una indicación que debía seguirlo.

-Te dejaré en un sitio en donde estarás contigo mismo,

Después conocerás el camino que debes continuar.

Todo era paz y armonía, la que sentí en todo mi ser, fui percibiendo lentamente todo el conocimiento, el orden que hay en el caos, el porqué de las sombras no se conjugan con la luz, el eterno movimiento de transformación hasta llegar a aquel espacio donde nace el principio con un plan determinado y ser parte con una finalidad de vida por recorrer.

El guía comprendió lo que había logrado, hubo una fugaz comunicación de igualdad.

*Ahora estas integrado a nosotros, estás en condiciones de transmitir lo has aprendido.

Estaban reunidos en un semicírculo con el guía al centro.

-Mi misión como guía ha terminado, llegó mi sucesor, debo cumplir con el orden establecido.

Me miraron con un signo de aprobación.

Un solemne silencio permaneció en el ambiente. El guía irradiaba una luz cada vez más intensa fundiéndose en su figura hasta convertirse en un haz que se elevó al infinito.

 

Me ha gustado el cariz imaginativo del final de la historia, muy original

Saludos,

Palmira