El vuelo de Aniky: 16va parte.

Victor ingresó a los pocos instantes visiblemente sobresaltado
-…¿Qué demonios ocurre acá?
-….¡es niñita, es niñita, es niñitaaa! ¡Aniky es niñita, niñitaa!
-¡ya cállate cabrón, o te voy a meter las alas en el culo!
-¡¡silencioo!!....¿estás loco: quebraste la ventana?
-¡¡ese puto cabrón de mierda me está molestando!!
-es tan lindoo…..lindo, lindo, lindo ja,ja,ja,ja……lindo, lindoo-el rostro de Victor se descomponía rápidamente. Por momentos su sobre exigida paciencia y sentido común, de cara a toda las vivencias sobrenaturales de las últimas horas, se colapsaba.
Finalmente estalló
-¡me cansaron: largo de mi casa!-Martia se quedo en silencio. Su naturaleza de clase C le inhibía a comportarse en forma seria. Se desapareció.
Aniky se puso rojo…pero de rabia.
-….es segunda vez que me echan. ¡No soy un pedazo de basura!-sus ojos se pusieron vidriosos
-¡ya no estás en el cielo, dónde todo es juego y risas! ¡¡esta es la vida real!!
-¡no me grites, no soy tu hijo!
-¡si fueras mi hijo te daría un par de bofetadas para que maduraras de una vez!
-¿a si?..¡intenta hacerlo..!
-¡por eso eres un ángel caído: eres necio y ciego!-Aniky saltó sobre la cama. Se concentró….y se desapareció.
Victor se quedo en silencio.
Sobre el techo de la casa Martia, cumplida las instrucciones precisas del regente del consejo, esbozaba una cálida sonrisa…
Cuando se materializó otra vez estaba en un callejón.
Sentía frío, la noche era helada. Cruzó los brazos en su pecho y se encorvó un poco. Avanzó….al poco hacerlo pudo descubrir a una mujer anciana que escarbaba en un tarro de basura municipal empotrado en un bípode de fierros oxidados.
Curioso se quedo observándola. Al incorporarse ésta pudo ver su curtido rostro: ajado y opaco. Al ver al silencioso muchacho que le observaba dejó ver una dentadura derrotada por el tiempo y las caries
-…..¿quién eres tú rubito?
-mi nombre es Aniky…clase D. ¿Y tú?
-yo no tengo nombre rubito….solo soy una anciana..
-¿Qué buscas en ese tarro?..¿no se supone que hay basura allí?
-no rubito. Es mi despensa….
-¿por qué me dices “rubito”?-pero aquella mujer no respondió. Siguió escarbando en la basura. Pudo sentirle tararear una canción que lejanamente invocaba a la memoria el mes de María del Catolicismo.
Aniky siguió avanzando. Unos hombres se tapaban con cartones y se acurrucaban sobre unas podridas colchas; varios perros de escuálidos cuerpos se enrollaban en torno a sus amos; un ebrio se quejaba y maldecía hablando solo. Con su mano se rascaba el cuello al tiempo que se orinaba en los pantalones; el corazón de Aniky se comprimió: nunca la moneda de la vida le había mostrado su reverso…

 

es bueno que Aniky después de haber conocido los placeres humanos ahora conozca el lado crudo pero pobrecito! dónde anda ese víctor jeje

 

Será que los vas a aterrizar para que deje de ser tan engreído?

Ya veremos.

Abrazos!