Él y ella

ÉL Y ELLA

Tus ideas, Mateo, recorren
las costas del mar buscando sus puertos
y en tu cueva esmeralda se escucha
la arena que gira absorta en tu pecho.

Y las ondas bombean el aire
pintando en tus ojos un cuadro de Rothko,
y un tornado de calma consagra
el rayo de luz que siega tu rostro.

Aletean las blancas palomas
al filo del mundo que esculpen tus manos.
Tu palabra ancestral y marina
es fuente que bebe del verso encarnado.

La palabra sin cuerpo no es nada:
un nudo de voz que nace insalubre.
La gramática siempre enmudece
allá donde el alma alcanza su cumbre.

Y admirado contemplo tu llama
que muestra desnuda su lengua carmín
y comprendo de quién son los gestos
del niño miedoso que sueña ante mí.


Tu silencio, Lenita, moldea
la pausa del viento cosido a la nieve.
Abedules y prismas fractales,
herencia callada de un hielo que hierve.

Aquel bosque tan tuyo resguarda
un claro que lleva la luz de tu nombre.
Y en tu espacio madrugas auroras
rogando que el sur abrace tu norte.

Tu mirada es un lienzo anhelante.
Tu duende es la alquimia del dulce vibrato
que subyuga la piel sensitiva;
conoces la esencia del arte y sus pasos.

Tu mirada cubista embellece
las formas matéricas del dulce delirio
y respiras jinetes azules
que pintan de añil los cantos del río.

Me conmueve el presunto despiste
que emana, ante el beso, tu dorso de gato…
Y en tu envés aletea el quetzal
que abraza en su nido los besos no dados.


No olvidéis, hijos míos, que es vuestro
el haz luminoso del verbo fecundo.
Sois la tinta y también el tintero.
La vida es un sueño, soñadla con pulso.

Os dirán que soñar es de locos,
también que soñar es cosa de niños;
¡es el niño quien vive despierto,
quien juega con fuego y aprende del frío!


Os requiere la aurora escarlata...,
¿sentís ya su brisa al borde del nido?
Yo estaré, de algún modo, muy cerca
surcando las alas del cielo y sus brillos.


Kalkbadan
En Madrid, a 1 de noviembre de 2020

 

¡Sergio! Cuánto me alegra saber que este bosquejo íntimo de mis niños llegó al lector. Un abrazo fuerte y muy buena semana. Gracias.

 

¡Hola, Luis! Gracias por tus apuntes técnicos, compañero, y por ese antecedente tan oportuno (y bello). ¡Bien definida la estructura! La descubrí por un cuarteto del poema «Ondas y nubes» de Darío.
Me di cuenta del defecto métrico que señalas releyendo el poema esta mañana, justo -al parecer- cuando escribías tu generoso comentario.
Un abrazote y un gusto saberte por estos versos.

 

Hola, Andreas. ¿Cómo te va? Estuve indagando acerca de la estructura de tu poema y encontré que, según el filólogo y crítico literario mexicano Antonio Alatorre, el ritmo de tus cuartetas fue regularizado (a mediados del siglo XVII) por Jerónimo de Camargo y Zárate, poeta no vulgar, en cuyas «Obras divinas y humanas», que nunca se imprimieron, se halla este romance hecho en cuartetas de 10-12-10-12 sílabas:

"Mari-Zápalos bajó una tarde
al verde sotillo de Vaciamadrid,
porque entonces, pisándole ella,
no hubiese más Flandes que ver su país.
Estampando su breve chinela,
que tiene ventaja mayor que chapín,
por bordarle su planta de flores,
el raso del campo se hizo tabí..."

Por otra parte, el poeta y dramaturgo español Manuel de León Marchante, en el Siglo de Oro, escribió a San Antonio de Padua un romance cuya estrofa coincide parcialmente con la que nos presentas, solo que comienza con cuatro heptasílabos:

Venid a ver la fragua
donde el Divino Amor
los instrumentos labra
de toda su Pasión:
en la fragua se ablandan los hierros
que el yunque recibe con mucho dolor,
y, a compás concertados los golpes,
labrando los hierros, la Gracia hace el son...

Sor Juana Inés de la Cruz adopta el esquema de las coplas de Marizápalos (las de Camargo y Zárate) para finalidades celebratorias. Así es esta españoleta:

Pues la excelsa, sagrada María,
humana y benigna, quiere reducir
todo el sol a una esfera tan corta,
todo mayo a un pequeño pensil...

El mismo esquema, que fue desdeñado por Iriarte, reaparecerá maravillosamente en Bécquer:

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras...

Como podrás ver, la estrofa tiene su historia y sus poetas imitadores; historia que podrás indagar más a fondo en ALATORRE, Antonio. Cuatro ensayos sobre arte poética. México. Editorial Color, 2007 | Es un libro que consulto a menudo cuando me encuentro con poemas que tienen esquemas métricos no tradicionales, como esta maravilla que nos presentas y que comentaré, si me lo permites, más adelante.

¡Enhorabuena por tan enorme poema!
Un abrazo.

 

¡Mi querido Elhi! Tomo buena nota de la reseña biblográfica. Alucinante la cantidad de antecedentes que has encontrado de esta estrofa. Me parece bellísima, compañero. Como decía a Luis, yo me topé con ella hojeando "Métrica Española" del maestro Pablo Jauralde Pou. Y me pareció excelente aplicarla para una propuesta poética que me rondaba la cabeza. Esta era la de trasladar los versos de un poema homónimo que escribí hace tiempo con una métrica irregular, pero que siempre aprecié. Así tendría la posibilidad de "actualizar" la personalidad que a día de hoy percibo en estos dos chavales que ya están asomando su cuerpos al borde del nido.
Es muy de mi gusto la tensión que provoca la combinación del dodecasílabo hemistiquial (con esa cesura intensa) con el decasílabo que corre verso abajo.
Elhi, no tienes que pedirme permiso para criticar mis poemas. Lo sabes de sobra. Para mí tus comentarios son un acontecimiento.
Hay dificultades que encontré en el poema que tienen que ver con las consecuencias que dimanan (creo) de cómo engarza la temática y la forma. Pero bueno, de eso ya hablamos, si te parece, más adelante.
¡Un abrazo fuerte!

 

¡Querida Isabel! Me emociona el entusiasmo y la ternura con que me comentas este puñado de versos...
Para mí es impagable tu lectura, siempre tan vívida e intensa. Saber que el poema que re-creaste te gustó tanto, es una alegría.
Los versos que señalas de Lena creo que definen muy bien lo que es la esencia de este duende boreal.
Y Mateo..., pues Mateo es un gran soñador.
Compi, me llevó esta lectura tuya en el corazón.
Un abrazo fuerte y gracias.

 

Vaya, vaya, Andreas... Veo que, viniendo del verso libre, recalas en las series rítmicas: un camino de muchos, parece ser. Combinación difícil de leer, como casi siempre las polimétricas, donde los versos se conjugan en su diversidad. Me gustó mucho. No te pierdas ese artículo de Alatorre que ya te trajo Elhi, no tiene desperdicio: es interesantísimo ver como ya en la segunda mitad del siglo XVII el espíritu indagador de los poetas los llevó por aventuras extrañas...

En cuanto a los hijos al borde del nido... es una difícil etapa de la paternidad, donde debes cortar el ronzal y acostumbrarte a ser infinitamente tolerante con decisiones que tantas veces se apartarán de tus consejos. Siento un íntimo orgullo, no cuando mis hijos repiten mis pocos éxitos, sino cuando evitan mis muchos errores. Ojalá hereden, claro, tu pasión por la lengua... pero son otros tiempos los que les tocan.

En fin: un hermosísimo poema sobre un tema urticante.

Revisaría la métrica del verso «Tu mirada cubista enciende» (o harás hiato en «enciende»??)

 

El poema nos muestra, desde la perspectiva amorosa del padre, un par de retratos poéticos hermosamente pintados. Uno puede sentir el carácter soñador de Mateo, su exuberante imaginación; tímido Mateo, tal vez como el mismo obrero de la palabra que intenta describir el amor que siente por él. | Lenita es callada. Su pasión por el arte y por todo aquello a lo que sus manos pueden darle vida, la dotan de una fuerza creativa interior que desborda; ella tiene un carácter más susceptible; creo que es esa volubilidad del que ama sus espacios, la música, la soledad y la noche, lo que la hace así.

Hay imágenes que por íntimas no están al alcance de cualquier lector, pero eso no hace menos lírico el poema y menos accesible a la empatía y a la emoción. Me refiero, específicamente, a la estrofa

Me conmueve el presunto despiste
que emana, ante el beso, tu dorso de gato…
Y en tu envés aletea el quetzal
que abraza en su nido los besos no dados.

El poema culmina resumiendo la fuente de los versos, la melancolía por los hijos que abandonan el nido, el amor por la vida y por los sueños, y el presentir de una despedida que ojalá ─lo deseo de corazón─ tarde en llegar.

Un abrazo emocionado,
Elhi

 

¡Jorge! Efectivamente, amigo: «(...) Combinación difícil de leer, como casi siempre las polimétricas, donde los versos se conjugan en su diversidad». Eso sí, las veces que consigues amoldar la historia al ritmo de la estructura esta adquiere una proverbial belleza. Me acabo de descargar los ensayos de Alatorre que comentaba Elhi; los leeré con la calma que merecen. Así, hojeado, es de esos libros que apetece tener en la mano.

Sí que es difícil... Los niños no son de tu propiedad, lo cual es evidente, pero, al menos yo, no he sido tan consciente de ello hasta que han empezado asomar sus cuerpos al borde del nido. Como el gato que sentado junto a la ventana disfruta del roce de la brisa en su rostro, así les veo contemplar sus propios horizontes. Sus yoes reclaman el mando. Una etapa natural e intensa que no pienso perderme. Este poema está escrito "antes de que empiece su carnaval" así que creo haber captado la esencia de estos dos duendes. Espero que tarden en "matar al padre", jaja, pero cuando llegue el momento habrá que tirar de estoicismo y tratar de encontrar la serenidad y la paciencia necesaria para no entrometerse en la vida de los chavales. Pero siempre estaremos pendientes de esas alas en el cielo, ¿eh, compañero?

Revisaré el verso que me indicas. Fíjate que me he leído el poema unas cuantas veces y lo pasé de largo en todas ellas.

Gracias por tu huella, Jorge.
¡Un abrazo!

 

¡Elhi! Este hermoso comentario tuyo es un ejemplo de por qué resulta tan fascinante compartir el arte. La doble creación es poderosa. Me abruma con qué detalle describes los rasgos esenciales de los protagonistas, y, de paso, destacas además la cuarteta que más me gusta de largo. Y es que me conmueve profundamente esa presunta indiferencia que Lena muestra ante el beso y el abrazo (y que tanto necesita). Es tierno y bello ese pudor que nace de la contraposición del gato y del quetzal que lleva dentro.
Estos pasajes íntimos son difíciles de calibrar y con facilidad quedan relegados a la propia experiencia sensitiva. La exposición del texto a la lectura y a la crítica te permite resolver este tipo de cuestiones a la par de llevarte unos ensayos debajo del brazo, jaja.

Lo que te comentaba, compañero, acerca de la estructura y la temática, es que me resultó muy intenso todo el bloque dedicado a los niños. La cuarteta corría mucho de modo que llegué al cierre con una rama tensiva muy potente. En definitiva, me pareció que la inercia del bloque inicial se comía de algún modo el cierre. Traté de hacer una transición en busca de un contraste suave con el remanso melancólico.

Impagable tu lectura, amigo. Me la llevo de equipaje. Gracias.
Un abrazo enorme.

 

Extraordinario poema en una estructura que me ha gustado mucho, se desprende mucha sapiencia poética para lograr estos exquisitos versos. Reciba poeta mi felicitación y admiración.
MANUEL

 

Celebro que te gustara el poema, Manuel.
Muchas gracias por tu lectura. ¡Un saludo!