Ella

No me sorprenden estos pequeños ataques de sinceridad,
tampoco las ganas de tenerte que me dan.
Si es cierto que puedo contar con los dedos de mi mano las veces que he oído tu voz,
ni siquiera es eso lo que me ata a ti, no es por lo que suspiro en las tardes de abril.
Quien diría que de noche me desvelara por una sirena,
que sin saberlo me deja callada, sin imaginarlo me completa.
Eres imagen hecha mujer, la que no esperaba, ni soñaba;
pero con una sola mirada me convertiste confusa, en emoción y tiempo, tan perfecto.
Acepto que no estas llena de femineidad como cualquier otra, ni curvas perfectas,
no estas repetida en ninguna esquina, a la distancia puedo sentir tu individualidad.
Pequeña de ojos cafés, como lograste hacerme esto sin siquiera darme un beso,
cambiar mi universo, de blanco a compuesto.
Ha cambiado el rumbo dipuesto, sin duda serás tú, mi punto de partida de ahora en adelante.
No hay obstáculo en esta sociedad que no estaría encantada de sobrepasar por vos,
no hay movimiento juzgado que no me gustara repetir, tan solo porque si, por verte de nuevo.
No hay palabras, en serio no hay, para describir esto que me enajena,
dejé de ser la misma el día en que te vi por primera vez.