En el camino.

El solitario camino es como la estampa de mi vida. Acompaña en una de sus márgenes un río que muere lento, al otro lado, un desierto sin arena, un espinazo pétreo, la más yerma tierra. El solitario camino estrecho, como yo, lleva a ninguna parte, se parece demasiado a un amanecer sin planes, a una dolorosa noche, al devenir universal de la vida. Sin principio, sin final, con tantos recodos como pensamientos tenemos.

El solitario camino es como la estampa de mi vida, me eligió una tarde gris, sin puesta de sol, sin luna primorosa, en esa hora tétrica en que no hay luceros en el cielo, me susurró con su amplitud que hay secretos alcanzables, me cantó íntimamente que su seno es más seguro que el desnudo páramo, que el río muerto, que todos los deseos que me hacen dar tumbos en nuestro mar seco…

En el camino solitario no estás tú, es como la estampa de mi vida, no me lleva al amor, es como todo lo que lo rodea, no existe sino en mi querer, el camino solitario, de tierra blanca, de negra sal, de pasos vacíos, de ir pausado, es como el retrato de todo lo que se agita en el centro de mi alma…

 

Los caminos suelen ser la existencia propia, entre las pausadas del tiempo. Entre los rincones del vacío.
Un gusto, saludos.