En el Tiempo y la Distancia

En tierras lejanas,
La edad se avanza,
Paso ya el cuarto de siglo,
Amando quizá un imposible,
Alejado tal vez de mis miedos.
Pero... no puedo,
Que por más que estar ciego quiero,
No obtengo sino claridad y sufrimiento,
Que no todo es como deseo,
Que todo es como quizá deba ser,
Más el dolor es certero,
No yerra en su punzada,
Y persiste una vez tras otra,
Dando hierro al corazón,
Matando el color,
Avivando la herida.

Decenas de días,
Tal vez unos cientos,
Pasaron ya del pasado,
Cuando el mar se desaguó,
Y el desierto en barro se deshizo.
Minutos eternos,
Horas en ciento los días,
Tiempo que antaño quise parar,
Ahora, en momentos,
Quiero acelerar,
Que pase, que pase...
Que quiero sea rápido,
Que no mire a mi lado al pasar,
Pues a mi me hace mirar,
Guiado por su estúpida acción,
Caigo en la trampa,
Miro y no hay nadie,
Solamente una sombra,
La de aquella que amo,
Que mi vida en sangre derramo,
Y aquella otra de cualquiera,
Que anhela mi amor cautivo,
Que anhela aquello que no me pertenece.

En tierras lejanas,
El tiempo avanza,
Se acerca el momento,
El ansiado despertar,
Quizá de la conciencia,
Quizá de la felicidad,
Quizá el de unirme a la tierra,
De ser polvo y gusanos,
Quizá el de recuperarla
Y volver a tenerla en mis brazos.
Siempre quizá...
Nunca sé, el destino me despista,
Quizá sea este el momento,
Empezaré a cambiar de vista,
De cristal que trae tormento,
Tornaré a transparente alegría.
A veces confío, tengo fe...
Quisiera siempre,
De verla amándome,
Disfrutando cada minuto de esta vida,
De vernos envejecer unidos,
Abrigando una familia
Y un Amor siempre vivo.
En eso queda mi deseo,
Eso es lo que quiero,
Ahora apago las velas,
Veintiséis de un soplo,
Su Amor de por vida,
Ser felices juntos,
Amarnos sin barreras,
Eso es vida,
Lo que hoy poseo,
Solo un reflejo de mi anhelo.
Yo soy mi deseo,
Y en armonía para el mundo pido,
Que nadie sufra por esto,
Que de forma perfecta sea,
Bajo la gracia que otorga tan puro sentimiento,
Hágase su voluntad.
Y agradecido quedo,
Pues ser escuchado ya es oro,
Tesoro en el cielo.
Que mi alma gemela
A mi quede siempre cerca,
Unidos por siempre,
Sólo espero nuestros caminos
Vuelvan a cruzarse,
Es el sino,
Si no en esta vida,
Toda una eternidad espera,
Nuestra unión es irrevocable.
Dos mitades de la misma unidad,
Tu y yo siempre Uno.
Nunca te olvido,
Siempre te pienso.
Mi alegría es pensar que te tuve,
Mi pena es saber que hoy estás lejos,
Mi felicidad es esperar que hoy estás conmigo,
Que el mañana destructor nunca existe,
Pues hoy es el eterno presente,
Hoy construimos y hoy deshacemos,
Hoy te quiero,
hoy te echo de menos,
hoy espero un milagro,
hoy... siento que muero.
Te espero.
Te quiero...
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