En la mente de un psicópata 2

Empujo la puerta para adentrarme en la casa, los azulejos todavía son verdes en vez de rojos. Del picaporte de la primera puerta del pasillo cuelga del cuello un muñeco, me adentro y empujo la puerta de mi habitación, allí tirado en el suelo hay un niño pequeño y frente a él una tira de cochecitos. Entonces el niño mueve el primer cochecito un escaso dedo y hace lo consiguiente con los que estaban alineados. Cuando ya ha movido el último, adelanta ligeramente el primero de nuevo. Pero el niño capta mi atención poco tiempo, observo la vieja cama y aquella mesita de tres cajones, me adentro hasta el almario empotrado, aquí todavía no estaba tan rayado ni tenia esos agujeros que habían fabricado la rabia de mis congéneres con el paso del tiempo. Al observar la habitación puedo ver como de cada pomo cuelga ahorcado un muñeco, sin lugar a excepciones. Además en los rincones hay escondidos animales de plástico arañas, serpientes, cocodrilos y sapos en su mayoría, al lado de la cama hay una enorme muñeca, casi igual de grande que el niño tirada en el suelo, esta con la ropa desastrada como si hubieran tirado de ella. Entonces vuelvo a mirar al niño que parece no haberle importado mi presencia y cojo uno de los cochecitos de la fila. Nada más hacerlo comienza a gritarme, que debe de estar ahí, que están en un atasco y que no se puede mover. Sonrío, piensa como yo, todo tiene que se como debe de ser. El niño señala la muñeca y dice es mis novia.



Ahora me encuentro lanzando una moneda al aire, él me pregunta si le enseño, pero yo soy el que esta absorto en el juego esta vez, de repente los recuerdos se desvanecen y yo sigo lanzando la moneda dentro de mi vehículo Una mujer de curvas bien definidas atraviesa el portal de su casa como cada día sobre esta hora y el rizado pelo castaño le cuelga hasta la altura de su trasero respingón. Lleva la mano izquierda, portadora del abultado monedero, pegada contra el cuerpo, mientras que la derecha sostiene una bolsa. Verla andar con esa ligereza es todo un espectáculo Miro por el retrovisor, que muevo de derecha izquierda, después miro hacia adelante. No hay nadie, todo es como debe ser pienso mientras abro la puerta del coche.

Todo marcha según los planes cuando entro sonriente por la puerta del taller, allí esta esperándome ella. Mientras saco las caderas de la mujer de la bolsa de plástico le hablo.-He traído nuevas partes preciosa.- Y me pongo a hacer el molde de la pieza.

Sobre la mesa del taller hay partes de una muñeca hacha con látex.

Puede que parezca una ventaja la perdida de la empatía y el ver a las personas como objetos, pero eso también implica ver a los objetos igual que a las personas. Que no seas capaz de sentir o de comprender, lo que sienten o hacen los otros, no implica por necesidad que no lo entiendas y eso pude hacer que nos notemos muertos, aunque no nos importa porque no sientimos tristeza. Todo es más complejo de lo que escriben los libros, la realidad es compleja.

 

Ohhh!! Esto es fabuloso! Creo que cada uno ve su realidad de forma distinta, y cada quién observa a las personas como mejor le ayude a comprenderlas... Lo importante es saber que están y ser capaz de observarlas y no estar compenetrado en su propio ombligo.

En cuanto a la obra, dice mucho por sí sola, quizás esa nota final le corta el misterio y resulte innecesaria.

Un gusto leerte!

Saludos!

 

muy buena la trama de la historia, te va llevando por lugares un tanto insanos. abrazo!!

 

Acojo tú consejo querido amigo

 

Me alegro de que le gustara y que le trajera imágenes concisas a la mente.

Saludos cordiales, Simbolo.