En los mundos de Riuterman. Capitulo 2.

Entre las palabras de lugares del siglo klerpiano, donde las almas de Riuterman el bárbaro, se harían de verse sus sombras de relámpagos donde Brador el fantasma se pondría en un lugar en donde las oscuridades de Ritor Weilber, que era la célula satánica, pues así se sabrían que los lugares de Olcrador el gran ogro de Biuterfamaniacos, que eran carreteras deshuesadas y así se sabrían explorar que los mundos eran la sombra de las altas esferas de Ringa beo, un vikingo ultra asesino, de las especies de Fert rl grileit, que eran vampiros sin sombras ni escudos de guerras, para desbaratar los lugares de Gernet el sitofobias, pues tenía miles de sombras parpadeantes de Terilise el pueblo de Sumanalia, pues esta era la fuente de las barbas del mago Ugnelesio el Saltacuevas, así se podía saber que los lugares de Kiderman el gran príncipe del terror, en donde sus lanzas eran el vapor de los lugares de Arsior el gran fanático de las culebras sin lengua y en donde estaban llenas de plumas y así se sabría que de los mundos de los fanáticos como bien había dicho, se harían las estrellas de cerámica cayendo entre los pantanos de Grecor el antibalas de los oasis de Predror, el más grande de los inteligentísimos amaneceres de Olcrador. Los pensamientos de las leyes que estaban escritas bajo las ramas ocultas de la información, que más allá de las balas de la intoxicación, se podría saber que las cuevas de los murciélagos de los montes de Grecor y demás misiones de los Pordeis Sumatralianos, en donde estos habitantes de los mundos de Riuterman, el gran héroe de las aventuras de los mitos y leyendas estaban a punto de sucederse tras las noches de Brador el fantasma.

 

Perdona mi retraso, ya te dije que me fui de vacaciones a Oropesa del Mar. Bueno. Mucha imaginación, quizá excesiva. Los personajes, si son muchos,hay que ir metiéndolos poco a poco, pero tú metes a una gran cantidad en poco espacio, dejando sabor de confusión. Y algunos de ellos, supongo que no importarán mucho en la historia, porque si no, marearás al lector.

Pero sigue, sigue, sigue; sigue inventando tu mundo, y pese a todo, de lo que te he dicho, no me hagas caso, porque es tu mundo y no el mío.

Abrazos, maestro.