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En los mundos de Riuterman. Capitulo 5.

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por sergio Bermúdez, 14 de Junio de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 705

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Los destinos de los pensamientos, que harían ver las palabras de los criminales orígenes, que dejaban metidos a los años de un horror esclavizado entre el dolor de rabietas, que harían de las maneras de actuar y de ver el origen de las alarmas encendidas por los paisajes sin seguridad, donde la matanza de los humildes lugares, que solo eran usados en las rabietas y ocultismos inesperados, solo podía llevar a las conclusiones y demás altos egos de prepotencia y sacrificios, hasta los altares apocalípticos de las altas esferas de la sociedad, entre lo pobre y lo rico, y entre la sangre derramada en crueldad de zonas, que serían los lugares, en que las manchas se cuestionaban por la falta de oxigeno, y los ardores sin privilegios, que descosían mediante los siniestros sucesos de las leyes que caían en las sombras, y eran así comentarios entre las pocas personas de personalidad unida. Los focos de la guerra, y los grandes poderes de adquisiciones peligrosas, en el que las armas eran intentar llegar al suicidio por no compartir las mismas ideas. Riuterman sabía perfectamente que las olimpiadas de Quebranville serían las magnificas manifestaciones para enganchar a los pocos creyentes de esos mundos que no conocían el espíritu por el saber tener la esperanza de la competición de saber ganar la estatua Riuterman. Los deportes serían por ejemplo como Casti de Corium Sambon, pues este deporte consistía en llegar a las ramas de los árboles para intentar golpearlas sin romperlas, y el que más aguantara sin destrozarlas ganaba, para ello habría un jurado extraterrestre que sabría decir si habían superado la prueba. Los extraterrestres eran elegidos para el jurado, porque tenían en sus ojos sensores que veían cada arañazo que tenían las ramas. Los participantes serían esclavos humanos, que deberían de pasar las pruebas si no querían morir. Los oasis no existían, pues tenían que caminar por brasas mezcladas con chocolate hirviendo, además había agujeros en lo profundo del suelo, en el que salían manos diabólicas ensangrentadas que te metían para el hoyo y morías en el acto. La copa Riuterman era la copa para el ganador y también ya de paso le daba al esclavo la libertad. Habían 800 participantes, y solo uno podía ganar, ya que los demás morirían por cada prueba que no pasaran. Riuterman se estaba pasando según muchos justicieros porque lo mismo hacia el bien que hacia el mal, y la pagaba siempre con los esclavos, hasta que apareció Venetkiuver, una mujer con gafas de sol, que llevaba luz informática en sus lentes y disparó con virus de ordenador a los ojos de Riuterman y este cayo al suelo lleno de brasas con chocolate hirviendo, y unas manos demoníacas lo empezaron a agarrar, pero Riuterman las corto con un cuchillo y salto a un lugar seguro y discutió con Venetkiuver.

    Riuterman: ¿Por qué intentas matarme fugitiva?

    Venetkiuver: Te intento matar porque no tratas bien a los esclavos, los utilizas como si fueras juguetes, ¿y tu te consideras buen súper héroe?

    Riuterman: Si me considero buen súper héroe, lo que pasa es que esto es una competición, y las normas del juego tratan de eso.

    Venetkiuver: Me parece mal este juego, lo único que hace es matar vidas humanas, a cambio de que solo una persona de 800 se pueda salvar.

    Riuterman: Eso si se salva, porque si mueren todos a muerto, pero forma parte del juego, y así son las reglas.

    Venetkiuver: Pues deberías de cambiarlas.

    Riuterman: Esta bien, pero con una condición, y es que te enfrentes en un duelo conmigo, si ganas, este juego se acabara, y si gano yo, serás condenada a muerte, ¿qué te parece?

    Venetkiuver: Me parece que eres un miserable, y ahora te vas a enterar.

    Venetkiuver tiro una salsa liquida de manzanas y babas de caracol y Riuterman cayó al suelo y empezó a resbalarse, y todos los esclavos se estaban riendo de el por tal ridículo, a la vez que Venetkiuver le dio a un tronco de un árbol y cayó una red atrapándolo por completo.
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