En los ojos de la presa

Buceo casi al limite, comiendo en la cama del animal, borrando del eco la soberanía sucia, que pasa por el camino pulgoso sin masticar las calles como lunas desaparecidas. Eso de inmediato cambia y cambiara; somos el equipo misionero que nunca falla, la tela pionera de la salsa que copia.

Penetra cualquier insecto en una jaula y se reproduce un sentimiento a profundidad sobre el agua, amaneciendo entre la frontera del eclipse, de la llama, de la verdad, en costa añeja en poleas de carretas casi por la mitad de la calle.

Pienso que es hora de anunciar que el precio moldea la dulce fiera, que continua comiendo y si repitiera la cara de la luna hermosa y plata solo escucharía los frenos de la serpiente y la boda que debajo espanta; muevo el acopio de alimentos dentro de la lateral y solo como, quiero comer, ¿Por qué no estar comiendo?

 

Interesante letras amigo, es todo un descubrimiento encontrarte. te felicito. Un abrazo.