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**en silencio**

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por solo...yo?, 6 de Noviembre de 2005. Respuestas: 4 | Visitas: 1716

  1. solo...yo?

    solo...yo? Poeta recién llegado

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    6 de Noviembre de 2005
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    [center:a32c2d4c81]En silencio

    Victoria tiene sólo diez años pero sabe entender.
    El padre de Victoria es muy estricto, tiene muy mal carácter, sin embargo ella ha aprendido a quererlo, porque entiende que a pesar de su mal genio es alguien sincero y con buenas intenciones. La madre de Victoria es sumisa, prefiere no contradecir a su marido.
    Andrés, el hermano mayor de Victoria tiene 17 años y no soporta a sus padres, no entiende porqué él es tan poco tolerante ni porqué ella no le hace frente.
    Victoria piensa que un día su hermano va a entenderlos a los dos, mientras tanto lo apoya y le da su compañía pero no toda la razón. Andrés realmente agradecía la actitud de su hermana.

    Una noche Victoria despertó cuando sintió pasos en la casa, era Andrés, tenía una mochila llena de ropa, algo de comida y ganas de desaparecer, le pidió a su hermana que no le dijera nada a nadie pero pretendía irse y no volver, al menos hasta que tuviera claro qué decirle a su padre.

    - Pero yo te necesito- los ojos de la niña se llenaban de lágrimas- Andrés, no puedes irte.
    - Sólo va a ser por un tiempo, tú eres muy fuerte, y en el fondo yo sé que me entiendes, ¿verdad?

    Ella lo miraba a los ojos, en su cara no se distinguía ninguna expresión, Andrés no quería esperar más, necesitaba irse pero todo esto le hacía más daño de lo que había pensado.

    - Cuando yo vuelva ya habré pensado qué hacer, todo se va a solucionar, confía en mi.

    La cara de su hermana entre las sombras, Andrés no pudo ver la lágrima que caía finalmente sobre su pijama.

    - Suerte, te quiero mucho
    - Y yo a ti, adiós.

    Cuando la Sra. Henriquez despertó la mañana siguiente caminó como siempre hasta la cocina, tomó como siempre su desayuno mientras preparaba el de su esposo, fue a despertar a Victoria, y aunque notó algo diferente en la cara de su hija, a esa hora no tenía ánimo para darle importancia, siguió limpiando y arreglando todo para que cuando el Sr. Henriquez se levantara viera su casa impecable.

    A las 7:20, en la mente de la Sra. Henriquez todo era normal, su esposo se subía al auto y partía al trabajo, su hija se vestía para ir al colegio y su hijo todavía no despertaba.

    Victoria estaba sentada en su cama pensando en su hermano, guardaba en su mochila algunos lápices, un par de cuadernos, se preguntaba que dirían sus padres sobre la ausencia de Andrés, imaginó a su madre llorando desesperada, a su padre gritándole a las paredes, a los cuadros, a los sillones y a las alfombras, caminando en círculos, imaginó sus pasos firmes, imponentes, su furia reflejada en cada espejo, su furia transformada en miedo en los ojos de su esposa. Victoria ya estaba cansada, empezaba a tener miedo también. Se levantó de la cama, dejó su mochila junto a la puerta y escuchó el grito.

    - ¡Mamá! ¿Estás bien? ¿qué pasa?
    - ¡Andrés! Hija, tu hermano no está.

    Andrés había dejado una carta para su madre sobre la cama y un claro mensaje para su padre en la pared, en letras grandes y rojas decía “adiós, necesito pensar y lo más lejos posible de ti”. A las 7:30 la Sra. Henriquez no sabía qué hacer. Durante el día trató de limpiar las letras de la pared, pero fue imposible. Después de pensarlo bien decidió ocultarlas de su esposo con un cuadro y buscar una excusa para justificar la ausencia del hijo.

    Las excusas inventadas no bastaron, los cuadros de flores de la Sra. Henriquez tampoco, y las semanas que vivieron Victoria y sus padres desde la partida de Andrés hasta su regreso apenas se pueden describir con palabras. Fueron más que la angustia de una madre, fueron más que el miedo de una niña y más que la furia del respetado Sr. Henriquez, fueron desesperación, tres personas llenas de desesperación.

    - Sonó el timbre Victoria.
    - Sí papá, yo la abro.

    Victoria se acercó a la puerta.

    - ¿Quién es?
    - ¡Victoria! Que bueno que seas tú la primera con la que hablo, soy yo, Andrés, estoy decidido, vengo a enfrentar a papá.
    - Tengo miedo Andrés.
    - No te preocupes, yo...- Andrés quiso seguir hablando pero desde dentro de la casa se escuchó la siempre imponente voz del Sr. Henriquez.
    - ¡Victoria! ¿ya viste quién es?
    - Soy yo

    Andrés entró a la sala, la Sra. Henriquez soltó la bandeja que traía entre sus manos, el ruido llamó la atención de todos, de Andrés, parado en medio de la sala, del Sr. Henriquez, frente a su hijo y de la pequeña Victoria, que no se había movido del lado de la puerta.

    - No hagas más ruido y ve al cuarto con la niña – ordenó imponente y frío el Sr. Henriquez a su esposa – esta va a ser una discusión de hombre a hombre, ahora veremos qué tan hombre es tu hijo

    La Sra. Henriquez estaba muda, sorprendida, no sabía qué hacer y se quedó ahí, de pie, frente a la bandeja y los platos rotos, frente a su marido y su mirada impaciente.

    - ¿Es que no me oíste?
    - No la trates así – Andrés había vuelto a casa para enfrentar a su padre y eso haría – ella puede quedarse si quiere.
    - ¡Tú no me hables!
    - ¿y por qué no?
    - ¡Tú no me hables mierda! Tú no me vas a decir lo que yo puedo o no puedo hacer, tú no eres el que día a día trabajó para poner este techo sobre tu cabeza para que un día decidas dejarlo sin agradecer nada.
    - Me asombra Sr. Henriquez, que ahora hable de trabajar para poner un techo sobre mi cabeza cuando nunca se preocupó de mí.

    El Sr. Henriquez levantó su mano y con toda la furia de las últimas semanas la llevó a la cara de Andrés, él, con la fuerza del golpe retrocedió un par de pasos, pero se mantuvo lo más fuerte que pudo. La Sra. Henriquez, por primera vez en su vida no pudo soportar la actitud de su marido, dejó todo el miedo atrás y levantó la voz.

    - ¡No puedes hacer eso, es tu hijo!.
    - Y ahora otra más que quiere decirme qué puedo y qué no puedo hacer.
    - He estado estos 19 años de casada contigo aceptando cada idea, cada actitud, cada cosa que haces, pero esto no lo puedo aceptar, ¡es tu hijo!
    - Ya te dije que tú no me vas a decir lo que puedo o no puedo hacer, ¡si es mi hijo le hago lo que yo quiera!
    - ¡Eso no!

    El Sr. Henriquez levantó su mano de nuevo, nunca le había pegado a una mujer pero ahora acababa de golpear a su esposa. Esto era más de lo que Victoria quería ver, no podía soportar tanto, ahora entendía a su hermano cuando decidió irse de casa.

    El portazo lo sintieron los tres desde la sala, en la discusión habían olvidado a Victoria, se podía leer el pánico en sus ojos sin pensarlo habían herido a la única persona que los unía, la persona que daba sentido a la palabra hogar entre esas paredes.

    Victoria corría por la calle, o por el parque, por donde sea, ya no estaba prestando atención a nada, solo quería correr hasta desaparecer. No notó ni a sus padres ni a Andrés corriendo detrás de ella, tampoco vio el auto que pasaba por la calle a toda velocidad, el conductor tampoco se dio cuenta de que la niña estaba ahi, los únicos que pudieron observar la escena completa fueron Andrés, Fernando y Silvia Henriquez, los tres en ese momento lo entendieron, no era necesario usar palabras, la lágrima que resbaló por las tres mejillas era la misma y el abrazo que los unió en ese momento no se alejó de ellos nunca más....
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    #1
  2. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

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    TU RELATO SELECCIONADO COMO RELATO DE LA SEMANA EL SÁBADO 12 DE NOVIEMBRE

    CON TODO EL CARIÑO DE MUNDOPOESIA
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    #2
  3. xtra

    xtra Poeta recién llegado

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    Bueno, primero que nada te quiero felicitar por seguirle dando sentido a la literatura de habla hispana, se que muy pocos nos sentamos a escribir una novela o un cuento como lo acavas de hacer. Segundo te confieso que me gusto mucho lo que escribiste y otra vez te doy las gracias por mantener vivia nuestra cultura.
    Ahora vienen las criticas... espero sean constructivas...
    Sea lo que sea que vallas a escribir, una novela, un cuento, una cansion, etc. tiene que tener un buen comienzo, algo que atrape al lector y lo lleve a querer terminar de leerlo lo antes posible, en este caso tu cento no tiene como le diria yo un buen comienzo. Otra cosa, cuando uno se sienta a escribir, es basicamente estar relatando algo, y cuando relatas algo uno quiere que el lector, o el oyente se hubique en "el lugar de los hechos" (digamosle asi), osea lograr imaginarse el escenario de dicha obra, y otra vez.. en este caso no lo supiste desarroyar. El final en un cuento o novela, es aun mas importante que el cominezo, es mucho mas importante que el desenlaze, es lo que el lector siempre recuerda y cuando este saca sus propias concluciones al respecto, tu final no cumpli con los recerimientos necesarios de los que yo hablo.
    Desde ya, espero no haberte incomodado con mis criticas y te invito a leer mi novela que publique en este foro tambien, llamada JAIME SALIAS, espero que te tomes la misma molestia que me acavo de tomar yo y una vez de haber terminado de leerla dejes tu humilde opinion en un mensaje como este.
    Muchas gracias.......................................................................XTRA........................................

    Leer: JAIME SALIAS
     
    #3
  4. MQN

    MQN Expulsada

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    Me ha gustado mmucho tu historia,es muy triste,pero nos hace darnos cuenta de muchas cosas....
    Enhorabuena por ser el relato de la semana.
    Cuidate:
    Loida
     
    #4
  5. Heart

    Heart Poeta que considera el portal su segunda casa

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    EXCELENTE RELATO AMIGA...TAN REAL COMO LA VIDA MISMA

    ME HA GUSTADO MUCHO HE DISFRUTADO LEYÉNDOTE.

    SALUDOS

    .:¨:.HEART.:¨:.
     
    #5

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