En un graffiti

Realidad virtual.
Identidad sexual.
Tanto hablar para qué.
Si no es cuestión de fe.
Mi palabra es también mi voluntad. Sin conceptos educo a mi ciudad.
Yo trasciendo la calle.
No hay nada aquí que falle.
La voz miente, un graffitti.
Quieren desenterrar a Nefertiti.
La belleza no existe.
No para quien insiste en querer quedar por encima
de algo que le penetra, o de alguien que es la cima.
Más arriba está el cielo, siempre hay un pez más gordo,
alguien que os toma el pelo.
Yo lo dejo. Ya pueden subir todos a bordo.
Este planeta es mi repertorio.
Veo en tres dimensiones y no es algo ilusorio.
Quién quiere ir más allá.
Que chapen esa puta boca ya.
Quién quiere la oratoria para sí.
Mi mente ya no volverá de allí.
Esto no es un milagro.
Es un dios como una catedral.
Me consagro.
Argumento ontológico, seducción sin igual.
Mi mente, literal, literalmente.
Todo en un pareado, o en un emparedado.
Dedicado a quien dice que todo es psicológico.
Dedicado a las masas.
Dedicado a quien miente.
Y a los que queman grasas.
Repito y me repito. Fue realidad virtual.
Y verbalmente cito: “Les leo en la mirada.
Fue realidad virtual.”

 

Grata lectura, saludos Ricardo, Al fin y al cabo es realidad.