en vagón de tercera

Y a su paso repiten los montes:
triquitrá triquitrá triquitrá...
Semidormido oía el sonsonete...
Abrí los ojos:
enfrente tenía una linda dama,
que fijamente se miró
en mi negra y amorosa mirada
(y a su paso repiten los montes:
triquitrá triquitrá triquitrá...)

Vestía elegante.
Prendido qedé de la Belleza.
Brincaba la sedosidad erecta
de sus montes en punta,
orillados en uve,
al respiro anhelante
del amor e que le bullía...
desesperada y ansiosamente.
Se turbó.Me turbé.
La palabra se hizo mutua,
fluída,rabiosamente cariñosa,entrañable...
Entramos en el túnel.
Silencio,roto por el amor en ciernes.

.......Y a su paso repiten los montes:
triquitrá triquitrá triquitrá..
(atrás quedó la gustosa borrasca
de un amor atormentado,
pero querido...)

 

suele suceder, el amor es asi, en ocaciones tormentoso, pero siempre quedann los recuerdos,
yo, creo que no hay un amor que no se recuerde, somos como un libro donde se escribe nuestro paso
por la vida y en ella va quedando todo, lo bueno y lo malo que se vivio, imposible no recordar,
la mirada de unos ojos negros, o un amor del pasado, dicen, que VIVIR ES RECORDAR,
cuando ya no queden ni los recuerdos ya nos dio alzheimer, saludos

 

Muy interesante ese triquitra,triquitra del sonido del tren evocando recuerdos emsombrecidos,fue un gusto leerte saludos

 

una evocación imaginada de un amor imaginado un beso salvador

 

un abrazo por tus palabras salvador

 

Una bonita inspiración, Salvador, que has sabido recrear con ese toque personal que la hace especial.

Gracias por compartirla.

Un gran beso.

 

otro gran beso por venir a leerme
salvador