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Ensueño de Fénix

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Salvacarrion, 5 de Octubre de 2025 a las 7:10 AM. Respuestas: 0 | Visitas: 15

  1. Salvacarrion

    Salvacarrion Poeta recién llegado

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    2 de Julio de 2025
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    Hombre
    Las primeras notas de un viento ancestral acariciaron el verde dosel de los árboles milenarios, musitando a la naturaleza recuerdos olvidados. El aire, denso y húmedo, anunciaba la promesa de un nuevo amanecer. El Fénix, envuelto en su plumaje de fuego, se posó sobre la rama más robusta de un roble amarillo y escuchó con atención la reverberación de su propio cántico en la brisa. Su melodía se fundía con el latido sereno del bosque. Un fuego helado procedente del tiempo primigenio consumió todo el cuerpo de la mítica Ave que quedó reducido a unas blancas cenizas inmutables, recogidas con esmero por invisibles deidades y depositadas en la sagrada urna al cuidado hermético de los siguientes eones del Universo.

    Amaneció un nuevo período en la fértil Tierra Azul. En el Cielo resonaron salmos y unos querubines de oro traslúcido danzaron sobre las delicadas nubes de vapor celeste. La vida se enardecía con su eterno ciclo de esplendor.

    En lo profundo del valle, la cuenca del río se estrechaba en un cañón de altas paredes. El agua, diamantina y ágil, se deslizaba entre alegres cascadas que caían como lágrimas de esmeraldas sobre las rocas profusamente cubiertas de algas rojas y musgos de azul intenso. El fluir sosegado del río, junto al melódico son del Fénix, creó una sinfonía que resonaba en todos los rincones de la exuberante naturaleza, elogiando el ineludible retorno de la vida.

    En las cimas de las montañas, bajo un cielo de turquesa vibrante, los cóndores azules planeaban señoriales, dibujando estelas luminosas en el cielo. Más abajo, en las lagunas de rosadas aguas, unos patos de plumaje irisado se deslizaban con serena elegancia. Sus cuerpos, pequeñas gemas flotantes, reflejaban el fulgor del Sol inundando el amanecer del esperado día, con un estallido de colores soñados y flores frescas.

    Una aura suave, perfumada con el aroma de los ingentes pétalos de la primaveral niña, rozó la piel de unos zorros plateados que correteaban joviales por el inmenso boscaje. Éstos detuvieron su carrera y se dejaron envolver por el soplo sedoso del viento. Acostados sobre la blanda hojarasca, cerraron los ojos y sus cuerpos tersos se relajaron asumiendo un gesto de tranquila docilidad. La floresta entera parecía contener la respiración en un éxtasis de maravillosas sorpresas. Todas las criaturas en perfecta armonía con el entorno compartieron el amor de ese bello momento.

    De repente, una luz cegadora brotó del corazón del bosque milenario, una fuente resplandeciente que parecía provenir de la memoria ancestral de los siglos. Las cenizas níveas, que habían reposado en la alta cumbre de blandas rocas, se encendieron con el fulgor de mil estrellas de platino. De ese volcán fulgurante, resurgió el Ave Fénix más mayestático que antaño, con su plumaje de fuego brillando con renovada intensidad y hermosura.

    Un grito de triunfo surgido de la eternidad del pasado llenó todo el horizonte de fosforescencia mágicas. Fénix alzó el vuelo hacia los cielos eternos. Sus alas alearon una sinfonía de carmesí y oro que contrastaron con el azul luminoso del excelso firmamento. Durante un instante, el altivo Ave Fénix, dueño y consciente de su renacido tiempo, mantuvo su mirada fija en el horizonte, y se dirigió allá donde los cielos de jade esperaban su llegada: un fresco anuncio del inicio de un nuevo y glorioso ciclo del Cosmos.
     
    #1

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