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Entre dientes de flores y cofias de rocíos

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por danie, 15 de Septiembre de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 366

  1. danie

    danie solo un pensamiento...

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    6 de Mayo de 2013
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    La lengua se hace un nudo con la garganta, con el esófago, incluso con los intestinos delgados y gruesos. Los verbos transpiran la acción sin efecto, las sombras de las palabras y su rígida mudez. Las ideas se nublan en una constante hiperbólica del enclaustrado tiempo y su rostro colmado de ayeres.

    Yo estoy tirado sobre el diván intentando emitir sonido alguno de tantos sueños desfigurados, de tantas visiones de cuchillos entre los dientes de flores y cofias de rocíos, de punzantes molares masticadores de astros y estrellas, pero, por más que intento, no puedo trinar una mísera palabra al viento.

    El mutismo gobierna mis paredes, también mis más íntimos adentros, y el psicoanálisis freudiano no capta las señales en el silencio que me acompleja y hasta aterran.
    El ojo buido de la crítica cae sobre mi cerebelo, tal vez para enjuiciarme de mis propios actos y condenas, pero no ve tras el diáfano cristal de mi espectro, no percibe el ocaso colérico de mi oscura sentencia, no distingue el porqué de mi andar entre dientes de flores masticadores de perlas y cofias de rocíos de un cenizo cielo.
    Nadie intenta ir más allá de mi propio nacimiento, nadie ve de frente al antes del ayer por el cual tiemblan mis huesos, es que definitivamente no soy tan importante para que alguien haga ese esfuerzo, o tal vez es porque soy un quiste molesto dentro de un inmenso cuerpo, igual a una gota sucia de lluvia dentro de la palangana del mundo.

    Como dije antes: la terapia no ayuda frente al espejo de mi propio reproche, frente al orzuelo de mi propia bronca, esa bronca que no sabe vomitarse de sí misma; tal vez cuando aprenda a hacerlo yo pueda expulsar cientos de palabras, sueños, ideas, muertes… en un instante, pero por ahora no puedo, y ando entre dientes de flores y cofias de rocíos, igual que la Storni con su último plectro.

    Y pienso: la genialidad es muy mal vista por parte de este tirano mundo, es igual a una mosca o mejor dicho a la excreción de la misma sobre el dulce de leche.
    Y no es que yo me trate de genio, todo lo contrario, siempre digo que actuó de impulso y casi nunca pienso, hurto metáforas históricas para darle forma a mis ideas y sueños, las cerceno en infinitas partes, las mutilo e inclusive les hago una autopsia completa, esa no es la tarea digna de alguien que es un genio, pero igual afirmo mi idea de que el mundo es muy tirano con los genios o con los que piensan distinto de los hechos.
    Mi pensamiento distinto es no omitir palabra al respecto, lo hago inconscientemente como si el ángel del silencio me encontró de feto y selló mis labios con un beso.

    En muchos momentos siento que exploto y mi sangre enfurecida se quiere derramar de mis venas, pero no logro estallar y sólo me contengo para andar por la vida entre dientes de flores y cofias de rocíos, para andar ente dientes cariados de flores y muertitas cofias de rocíos.

    Otras veces sueño despierto y veo a esos dientes rechinar y las muertitas cofias de la sala de terapia intensiva que velan por mi agónica enfermedad. Es que estoy enfermo de mis propios ensueños, a pesar de mi demencia, lo tengo bien claro; tal vez esa enfermedad sea la culpable de que mi genética no quiera emitir palabra alguna, esa enfermedad que se arrastra desde mis linajes, desde mis costumbres de flores de cementerio.

    Entonces ando con una coraza de cristal intentando protegerme de esos célebres dientes con aspectos de flores, para muchos, perfumadas por los dioses, pero para mí viperinas como la misma sangre de los lémures.
    Como dije antes: veo distinto a lo que muchos ven como elegantes galeras reluciéndose ante un sol pleno, pero yo veo cofias de rocíos de un marchito cielo.
    Así para no entrar en grandes debates de cuerdos y locos opto por enmudecer a mi propio silencio.
     
    #1

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