Entre palabras (cuento lipográmico sin la vocal "e")

ENTRE PALABRAS (Yolvi Cauro)


Cuento sin la letra e


Una mañana sabatina otoñal inicio la marcha azarosa y compulsiva por un camino solitario vagando tras las palabras. Dio su paso inicial apagando toda comunicación virtual y física, había pasado muchas horas y días acopiando trocitos vivos propios y no tan propios, dignos y malos, ahora sí, confinado a su refugio por su propia voluntad corrió tras su amada utopía; sin duda alguna, animado, armado cual paladín victorioso con sus bolígrafos muchas hojas blancas tomo impulso y dijo;

__ Listo, aquí vamos sin pausa y con ganas_


Trabajaba a toda marcha, sin pausa alguna para no olvidar ningún punto, todo nimio asunto vital para su trabajo importaba tanto como su vida misma, pasaban las horas, los días, allí continuaba atrapando uno a uno odios, llantos, risas y mucho amor para su obra, palabra a palabra iban formando una historia sin igual, a cada trazo su sonrisa mostraba una locura propia, como si lo ahora narrado tomara vida, las palabras ahora flotaban dando giros, girando y girando, arriba y abajo brillaban iluminando la oscuridad, por poco olvida la comida, una poblada barba era un aviso claro; solo importaba la historia, un baño podía aguardar, su obra no, podría morir sin contar la gloria, no aplazaría por nada su más valiosa obra.


Así, sin más ni más y poco a poco, día tras día, su lujosa y sin igual caligrafía mutaba a toscos garabatos, la natura y la fatiga poco a poco cobraban su osadía por no dormir, tantos capuchinos, muchos cigarrillos criaban junto al abandono, el más caótico abandono, ha caído cautivo, la fascinante y caprichosa uniría manda su alma, divaga y camina como autómata cautivo por dos mundos.


Por fin todas sus notas colmaron los más nimios puntos flojos, sus manos casi convulsivas, no paran su labor… mas no importa tal sacrificio, solo hay campo para la historia si precisa maltratar su salud… toca sacrificarla, un parto muy costoso casi listo dará al mundo su más grandiosa obra con su última gota la cordura lo hizo acabar tan colosal misión, no sabía cuantos días pasaron, no importaba mucho, sonrió cuando puso la única hoja limpia al final, muchas hojas amontonadas exhalo una sonrisa y dijo;

__ ¡Matkub!_

y muy pronto su autor dormía ya cual cándido niño había pagado cara su osadía, acunado continuaba soñando con un mundo tan próximo ahora vivo gracias a su magistral pluma.


Yolvi Cauro. 2015