Epitafio a mi amor.

Paula, tos ojos… tu boca… tu piel… tu carne… toda tú me has amado y toda tú me has clavado el puñal… Todo, todo tiene su final, pero nadie, nadie acepta olvidar.
Paula, tu cara de ángel, el negro de tu cabello… y el calor de tu sangre me cautivaron pero hoy me has lastimado con todo tu ímpetu. Te miro a través de la distancia, te miro y no te hallo, no reconozco esa mirada gris, fantasmal e indiferente; esa no eres tú… dónde estará mi Paula.
Tanto amor ha caído al fondo del abismo, el agujero negro que brotó, como una planta, de la rutina, lo ha devorado… todo, todo por completo. Y yo que guardaba un beso para mañana, una caricia para navidad… mis sueños ya no existen más: Paula los tuvo entre sus manos y los dejó caer al suelo sin miramientos. Paula… ya no es más que pasado al que me aferro.
Paula, tanto te he amado que olvidé por completo que soy humano, que respiro por mi cuenta, que no voy a morir porque te marchas… y yo que tanto había llorado… en ese instante no sabía que podía seguir viviendo sin ti, mi Paula.

 

Un gusto pasarme por tu escrito. Un abrazo.