Epítome

.
.
.
EPÍTOME
.
.
.
Dicen que cuando estás muriendo, la vida entera pasa ante tus ojos como si de una película se tratase. Pero no, él estaba más vivo que nunca.
La encontró en el pasillo de la librería, o más bien, la notó. Sólo fue mirarla a los ojos y descubrir esa especie de bruma luminiscente acompañada de esa sensación extraña, cuando a la mirada, todo parece tomar una velocidad poco natural, y así, cuadro a cuadro, como si el tiempo se hubiera descompuesto. Le parecía conocida aquella mujer pero nunca antes la había visto. Aparentemente su mente consciente no podía acceder a un recuerdo junto a ella, pero si tenía aquella sensación, sin duda se debía a que ya la había experimentado, exactamente igual a como estaba aconteciendo. Eso pensó, pero de súbito la guillotina de la razón le rebanó el cuello a su fantasiosa especulación. No podía ser así, de hecho hasta donde él sabía, la ciencia atribuía aquello a un cortocircuito cerebral en el registro de nueva información que provocaba un error de procesamiento entre la percepción de una experiencia nueva y la memoria inmediata. Durante los escasos dos segundos que duró el Déjà vu, sintió que había transcurrido un tiempo mucho mayor, llegando incluso a cruzarse por su mente la sensación de haber predicho eventos con unas milésimas de segundo de anticipación, aunque todo fue efímero. Él se animó y la saludó, ella le contestó amablemente…
Si hay una peculiaridad que tiene el tiempo es que pareciera expandirse hacia atrás, que no importa cuántos días pasen hasta el presente, siempre sorprende descubrir que se ha vivido una vida entera en tan sólo un parpadeo, y eso era exactamente lo que él sentía. Ya habían pasado años desde aquel Déjà vu que le hiciera conocer a la mujer de la cual fue esposo. Sin duda hubieron más Déjà vu a lo largo de su vida y ahora, estando rodeado de sus hijos ya adultos y recordando con una sonrisa a su mujer que había partido unos años antes, se preguntaba si acaso ella había experimentado lo mismo momentos antes de irse. Pensó que no podía ser de otra manera. A medida que pasaba el tiempo sus recuerdos se iban fundiendo en una eternidad inmediata con el objetivo de obtener la última reflexión. Así, comprendió finalmente que desde el comienzo de su vida había estado muriendo en una sala de hospital, que jamás fue consciente del momento en el que los hechos se manifestaron, que ahora sólo estaba culminando el proceso durante el cual lo único que había hecho había sido recordar su vida de inicio a fin, y que toda su experiencia, no era más que el repaso detallado de su existencia que en ese preciso instante culminaba.
.
.
.
.
.
Nota: Vivir no es más que el acto de recordar el pasado. Muy probablemente ya estemos muertos o agonizando y lo único que hemos estado haciendo es recordar la vida que alguna vez tuvimos. Sirvan los Déjà vu como una prueba de esto, que no es más que una hipótesis alternativa a la que ofrece la ciencia.
.
.
.
.

 

Me recuerda la novela de Carlos Fuentes "La Muerte de Artemio Cruz" (1962). Artemio rebobina toda su vida desde su lecho de muerte, al mismo tiempo que rememora sus conflictos personales, la pérdida de sus ideales que lo hicieron corrupto, sus amores, etc. Expone una etapa aún vigente en México entre las generaciones que lucharon en la Revolución Mexicana, la época postrevolucionaria y las políticas derivadas de todo ello. Una muy precisa radiografía tejida con su vida, una de tantas que tienen su descendencia entre las "buenas conciencias" de nuestros políticos y clases medias y altas. Una gran novela de importancia universal. Tu relato moderniza el asunto y es apto para reflexionar sobre la magnitud de un instante donde cabe toda una vida. Excelente. Un abrazo.

 

Muchas gracias, amigo, por aceptar mi invitaciòn a comentar este escrito.
Se ve interesante la novela que mencionas, gracias por recomendarla, la buscarè en formato digital.
Te cuento que tuve un déjà vu hace un tiempo y se me ocurriò esta idea, y me surgiò la pregunta:
¿Podría demostrarse con un buen argumento que en realidad estamos viviendo en un aquì y ahora, y que no estamos simplemente rebobinando una vida ya cumplida?, podríamos apelar a la toma de decisiones, pero hasta qué punto, digo, cuando uno toma una decisión, ese instante ya es pasado y sólo nos queda un recuerdo sobre el que no tenemos potestad alguna.

Abrazos amigo y muchísimas gracias.