Era pobre...

“Era pobre, no tenía dinero; pero tenía mis manos, tenía mis piernas, tenía el valor y la inteligencia”. Pensaba yo.
Hace tiempo mi padre, contador público, por un par de años trabajo en el estado de cuenta de una anciana viuda millonaria, sin hijos y de 89 años de edad, encargándose de administrar sus gastos y el desempeño de empleadas para su cuidado intensivo; motivo por el cual, mi padre podía tocar la cuenta de más de 5 millones de pesos nacionales libremente con un grave error, no firmar algún documento o poder ante la ley pues solamente era la confianza del medio hermano Don Alfonso quien cedía el lugar.
Mi padre siempre ha sido un hombre honesto, siempre justifico los gastos y las cuentas del dinero usado.
La señora anciana, Doña Margarita, dedico su vida a la iglesia católica, aporto extensas sumas de inversiones económicas a los templos siendo reconocida e incluso, redacto variedad de libros a cerca de creencias y religiones.
Jamás faltan los contrarios, 2 padres, Andrés Carrasco y Andrés Morelos quienes discutían la fortuna de la engañada anciana y un día, la inútil anciana ya persuadida por los padres les firmo una carta poder causando el despido de mi padre y sus empleadas permanentemente, así pasando a pertenecer la herencia a los sacerdotes.
Pasaron los 2 años cuando de pronto un vecino de la colonia de nuestro hogar, toco el timbre y comento alarmado que a mi padre se lo habían llevado un par de judiciales con una orden de aprensión valida, a lo que mi padre solo pudo anunciar: - dígale a mi hijo, está en casa. Rápidamente comunique a mi hermano mayor, luego a mi madre, abrazándonos la preocupación, la nostalgia y la duda.
Hubo una denuncia de los nuevos dueños de la cuenta bancaria por el dinero faltante, no más de un 2 por ciento bien gastado.
¿Para qué detallar? 5 meses en el pleito judicial y las declaraciones, hemos vendido la casa, los carros, para alcanzar el precio de la fianza. Quedamos pobres totalmente y viviendo en casa de abuela sin siquiera pagar renta, y mi inocente padre con una condena mínima de 6 años…
Malditos sacerdotes hipócritas, ambiciosos, impíos, malditos; destruyeron nuestra familia.
“Era pobre, no tenía dinero; pero tenía mis manos, tenía mis piernas, tenía el valor y la inteligencia; y un rencor infrenable con un deseo de venganza”. Pensaba yo.
Sol de Durango.
15 de enero 2010.
La tarde de ayer del 14 de enero del presente año, lamentablemente se encontró el cuerpo finado del padre Andrés Carrasco del templo san miguel. El cuerpo estaba emputado de sus manos, con señas de golpes graves y un balazo de una pistola calibre 9 milímetros.
Se denomino una tortura fatal a este sacerdote antes de su muerte y sostenía un recado redactando “que dios te proteja del infierno”… continuación 12/B.
:::blush:::

Aldo Orozco.
8 de julio 2011.​

 

Tu narrativa me deja perpleja, ¿realmente te sucedió a ti, amigo? veo que tienes más, la espero porque me tienes en a hinco. Abrazos

 

... muy buen relato, bastante creíble... Mucha gracias por tan agradable lectura Aldoorozco.

Saludos

 

gracias, es real esta historia ezperimentada por mi propia carne, un saludo y les mandare la narrativa de la continuacion hasta el día de hoy, ya que mi padre aun sigue preso inocentemente.

 

Guauuuu que triste mi querido amigo, que experiencias cuentas , de verdad lo siento y te seguiré leyendo. bella prosa. Besos y estrellas.

 

que barbaridad! ya decía yo, demasiado real para ser producto de la imaginación. Lamento mucho todo lo que ha ocurrido a tu familia, ahora, sólo el final ese señor muerto, no quiero ni pensar que tú lo ajusticiaste ...seguro, fue alguien que se sintió burlado también.