Eran otros tiempos

Eran otros tiempos cuando a lo incalculable de la casualidad se le llamaba suerte o destino. Al menos, tenían esa libertad. Hoy, apenas queda nada parecido. Es por esto mismo que soy de la opinión de que ojalá no tenga una penosa vida feliz como la que nos están incitando a tener.

En los tiempos pasados a los que me refiero se llegó a sospechar que lo sencillo ya estaba falto de emoción y de leyenda tras la desaparición de los mitos, los héroes y las leyendas, los cimientos primeros de esta civilización occidental.

Hoy, por paradójico que pueda parecer, es eso mismo hacia lo que se nos quiere dirigir: hacia la sencillez, concretamente hacia un determinado tipo de sencillez mediante la cual les resulte lo más fácil posible conseguir que dejemos de pensar por nosotros mismos, de imaginar, inventar, crear…

Así las cosas, no creo equivocarme al decir que hemos de tener cuidado y permanecer alerta pues, si decidiéramos responder a todo de esa citada intención que algunos tienen, caeríamos en el servilismo y en la falta de dignidad. Por otro lado, si optáramos por despreciar todo, simplemente seríamos unos necios y unos arrogantes.

Dejo aquí esta breve reflexión por si sirve de algo.