Erase una vez ...

lo que llamábamos amor
Hoy es barco hundido,
metamorfosis que no encontró alas,
ya el ave se fue, llevó su canto dulce, dejando silencio triste.
... Hasta entonces, seguimos cayendo...
en un profundo océano de olvido.

Se corroen los metales, ¿qué puedo esperar de la carne?
En este barco oxidado se acomodan los peces, pues no entienden de cementerios en el mar.
Se comprime este corazón aturdido,
En la indiferencia de la sal y espuma de sueños perdidos.

Aquí abajo en lo profundo, es frío y oscuro lugar ...
sin embargo, un paraíso de extraño silencio.
el agua y sus membranas, vuelven densos los recuerdos ...
en un vaivén verdes plomizo, saludan las praderas submarinas,
avisan de aquellos besos y abrazos que no volverán.
se ríen, a través de palpitante burbujeo, de mi humano acongojo.

ahí, flotando en lo profundo, junto con estrellas de mar y seres de camuflaje improvisado,
estaré aprendiendo a olvidar.

Nos soltamos las manos,
sigo recordando tu rostro sonriendo
soltamos la mirada,
Sigo recordando tu rostro sonriendo...
y me pierdo, en el profundo oceano de la vida.

 

Magnifico, ha sido un placer leerle en esta tarde con sol,
dejo un abrazo de colores en sus letras,

 

gracias por leerlo Guadalupe, saludos.

 

Gracias por pasarte por aquí María. Un abrazo y saludo para ti tambien.