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Eres una buena mujer.

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Old Soul, 8 de Enero de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 2496

  1. Old Soul

    Old Soul Poeta adicto al portal

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    Pese a que te conozco hace poco tiempo sé, a ciencia cierta, que eres una buena mujer, en todos los sentidos.
    Y es que desnudos tumbados sobre la cama, tras haber hablado de música, películas, series, baile, poesía, literatura, de nuestras vidas y filosofía, después de oír música, beber clara, fumar marihuana y reírnos hasta ahogarnos, después de tener mi miembro en tu boca, mi boca en tu sexo, después de penetrarte por horas en multitud de posturas hasta parar porque nuestros sexos están escocidos. Después de todo eso me hablas de tu ex pareja. Ese tipo que aún vive contigo, ese pobre desgraciado que jamás ha sabido valorarte. Y me cuentas, en forma de increíbles anécdotas, sus defectos.
    Me hablas de su lentitud hasta para andar, esos movimientos suyos, concentrado, o tratándose de concentrar en alguna cosa, pues sólo en una cosa a la vez puede tratar de concentrarse semejante individuo. Me hablas de su torpeza para todo, de su niñería y malcriadez, de su constante falta de respeto con sus más que sonoros y repugnantes eructos, sus explosivos y corrosivos pedos, su no lavarse por días, su hediondo olor corporal, sus malolientes calcetines por los que, por un agujero, asoma una de sus enormes y sucias uñas cual garras. Me hablas de que, exceptuando el techo y las paredes, no pudiste compartir absolutamente nada con él en tres años, ni si quiera la comida, pues terminaste claudicando y comprándola aparte. Me cuentas que apenas limpia nada. Que ni follar sabe el tremendo imbécil con ese gran rabo que me dices que tiene, y que le habrá dado dios o el puto diablo, a saber, pues con él, ese enorme cipote, los quince minutos que duran sus polvos, no sabe ni meterla el hijo puta, que al pedazo de anormal le tuviste que decir que te tocara las tetas, esas dos maravillas tuyas, y el estúpido profundo te dijo algo así como que andaba cansado... Increíble.
    Y, tras contarme todo esto y quedarte en silencio con la vista perdida, te echas a llorar por él.
    Pero no lloras desconsolada, sino apiadada, pues me cuentas que también es huérfano y que no sabes qué hará sin ti, tan inútil que es el hijo puta, que qué será de su destino.
    Y yo te miro a los ojos encantado, después de tu gran discurso, a esos grandes y negros ojos que tienes, mientras te caen mansas lágrimas, y te digo que a mí ese tipo me recuerda a una iguana. Y empiezo a excusarlo aparentando mucha seriedad. Diciéndote cosas como que su enorme lentitud de movimientos debe ser por falta de sol, que su lentitud de pensamiento es de lo más normal entre su especie, pues todos sabemos que los reptiles poseen un cerebro muy pequeño y primitivo, y que su mal olor es de lo más lógico, pues a las iguanas no les gusta el agua, ya que son de sangre fría. Además te digo que sus uñas tan largas son debido a que las necesita para agarrarse al suelo y subir por los árboles. Excuso sus eructos y pedos explicándote que las iguanas suelen hacer tales ruidos cuando están en celo o amenazadas. Y que no tendrías que tenerle en cuenta su media de once minutos de sexo pues, las iguanas, pese a su visible y enorme rabo, siempre están en alerta y ahorrando energía, por lo que no dedican al apareamiento más que lo justo para soltar su pobre leche y así seguir vegetando en su característica postura.
    Tras escuchar mi perorata, la cual escuchas sin llorar, con los ojos tan abiertos como lo enorme que son y con tu boca entreabierta, te miro a los ojos sonriendo y, tras un silencio en el que también tú sonríes, nos echamos a reír hasta ahogarnos de nuevo. Para después abrazarnos, desnudos bajo las mantas, besarnos, y seguir amándonos.
    Y te amo, te sigo amando con todo mi cuerpo, y hasta diría que con parte de mi alma, sabiendo a ciencia cierta, sin lugar a dudas, con la más absoluta certeza, que, sí, eres una buena mujer.
     
    #1
    Última modificación: 8 de Enero de 2016

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