Es cuestión de geografía

Duden de todo, encuentren su propia luz
Buda​

Tantos dioses, tantas religiones y en todas me voy al infierno (al menos en las que tienen uno) tantas guerras libradas "en nombre de Dios" pero, ¿en nombre de cuál?

Nací en el seno de una familia católica por lo que "mi dios" debería ser el dios abrahámico: Yahvé, pero desgraciadamente nunca he creído en los cuentos de hadas, no creo en un cielo o en un infierno como tal, mi razón no llega a un punto en el que pueda creer en un dios o quizá "el diablo" se ha apoderado de mí y me ha lavado el cerebro… eso es lo de menos.

De haber nacido como Testigo de Jehová, mi dios sería el mismo, sólo que, con diferente nombre, es cuestión de gustos, eso sí, sin Jesucristo ni espíritu santo y saldría a predicar sobre la salvación eterna.

De haber nacido musulmán, mi dios sería Alá y me la pasaría siendo mal visto y revisado de pies a cabeza en cualquier aduana.

De haber nacido hindú, tendría 33... ¡millones de dioses! tienen para elegir a cuál rezarle, Visnú, Shiva, Brahma, Ganesh... y la lista sigue, claro que si muriera hinduista reencarnaría infinidad de veces, sería interesante, pero al mismo tiempo agotador. Aunque también podría ser budista (Aclaro que Buda no es un dios) y seguir sus enseñanzas, cosa que no me molestaría, aunque el desapego a lo material sería muy difícil de erradicar.

Y esto nada más en cuanto a las religiones más populares sin mencionar a las ya no practicadas.

De haber nacido unos siglos o milenios atrás, digamos en Escandinavia, adoraría a Odín y a Thor y lucharía en mil batallas con tal de llegar al Valhala.

De nacer en Egipto, adoraría a Ra y a Horus, eso si no me tocaba a mí construir las pirámides.

De nacer en la América precolombina quizá pude haber adorado a la Pachamama inca, el Kukulkán maya o el Quetzalcóatl mexica, y tener "el gran honor" de ser sacrificado a alguno para que se den un entremés con mi sangre.

De haber nacido en Grecia, me decantaría por Zeus y los olímpicos y de ser mujer tendría cuidado de no ser violada por alguno de ellos. Y así podría ir de región en región con infinidad de deidades, sin saber a cuál adorar, incluso de ser satanista adoraría a Lucifer, pero eso ya es otro nivel haciendo sacrificios y orgías indiscriminadamente.

Las religiones son simples guías morales y no hay que obsesionarse hasta el punto de caer en el fanatismo o cegarse por la fe, vivan según su convicción, piensen antes de arrodillarse y darse golpes de pecho, no son títeres para dejarse manipular, si por algo tenemos libre albedrío es para tomar nuestras propias decisiones y no para someternos ante un crucifijo, estrella de David o lo que sea; por eso yo les digo: vivan, vivan, vivan... o debería decir:

In nomine patris et filii et spiritus sancti

Amén​