1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Escéptico.

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por p03t4sTr0_d3_4l4b4sTr0, 22 de Diciembre de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 549

  1. p03t4sTr0_d3_4l4b4sTr0

    p03t4sTr0_d3_4l4b4sTr0 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    16 de Octubre de 2016
    Mensajes:
    138
    Me gusta recibidos:
    95
    - ¡Imposible! - Te dijo - ¡Estás loco de remate, eso no se puede! -

    «Que alguien crea posible aquello que el resto de la gente cree incluso insoñable. ¿Eso no lo hace a uno un creyente? ¡Un visionario incluso!» Con esa idea te justificas, estas plenamente convencido y ni su opinión ni la de ningún otro van a quitarte la idea de la cabeza. ¡Es que está tan claro!

    - No, no, no, ya le dije que no… sus cálculos están basados en condiciones utópicas, condiciones que no podrían ser replicadas ni siquiera en las estrictas circunstancias de un laboratorio. Es una buena teoría y, tratada como tal, podría darnos puntos de vista para otros estudios, pero en sí misma resulta inútil y es incluso peligroso siquiera intentarla -

    «¡Tarado! ¿Y cobardes como ése se hacen llamar científicos?» Te reirás en sus caras cuando las reseñas en todas las publicaciones científicas mencionen tu logro, el gran avance de la ciencia, el mejor de todos. ¿Te darán el Nobel? Temprano para pensarlo, primero llevarlo a cabo y luego dedicarse a los reconocimientos. ¿Podrás hacer un buen discurso? «Es un honor recibir esta presea…» mhhh «esta augusta presea» Eso suena mejor.

    - Pues mire, he de serle franco. Aunque su ponencia resulta apasionada y por demás convincente, una inversión con esa suma no se hace sólo con buenas palabras, hay que tener los resultados tan asegurados como sea posible. Tuve que consultar con otros especialistas del campo para ver la viabilidad del proyecto y todos coincidieron en que es imposible en términos prácticos. Hubo alguno que, consultado, sugirió que sería un excelente tema para un tratado científico, que tiene menor costo y una ganancia mayor pues podría ser una base para estudios más avanzados. Lo que podría proponerle sería publicarlo. Conozco varias casas editoriales a las que les encantaría leer una propuesta bien formulada, incluso algunos colegas suyos estarían encantados de participar con una introducción -

    «¡Fenicio ignorante! Todo lo piensa en términos de dinero. Dinero, dinero, dinero. Maldito dinero». Claro, para él le resulta más conveniente no hacerlo, porque no puede ver más allá de su chata nariz. ¡Y además el idiota lo comentó con otros “colegas”! Alguno habrá visto la oportunidad. Ya lo imaginas frotándose las manos con la genial idea que le ha caído del cielo. No, no hay tiempo que perder. Tienes que hacerlo antes de que algún otro se quiera quedar con TU logro.

    - Mira, tú sabes que no me meto en tu vida tanto como tú no te metes en la mía. Respeto tu trabajo, supongo que es lo único que me queda por respetarte… Ah, pero no voy a empezar otra pelea. Si tú quieres hacerte cualquier cosa, hazla, siempre que sólo te afecte a ti. Pero por favor, piensa también en tu hija. Si, si, ya me han dicho lo que estás pensando hacer… Considera los riesgos ¿Vale la pena? ¿Realmente vale la pena? -

    «¿Vale la pena?» Y pensar que un día la amaste por su inteligencia, por esa capacidad que parecían tener de compartir las ideas con toda naturalidad. ¡Claro que vale la pena! Y te saca el chantaje emocional. Tu hija. Apenas y la reconoces, apenas y te deja verla ¿Qué le ofreces, que podrías ofrecerle con lo que eres, con lo que tienes? De alguna manera. No, de muchas maneras lo estás haciendo por ella, para ella. ¿No se sentiría mucho más orgullosa de ser la hija de alguien que haya conseguido algo realmente importante? A diferencia, claro, de ser la hija de este donnadie de segunda.

    - Papá -

    Esos ojos. ¿Quién se resiste a esos ojos? Lo vas a hacer, lo vas a conseguir.
    Y te encierras en tu laboratorio. Y le das todo lo que puedes con lo poco que tienes. Avanzas paso a paso, borroneando, tachando, reformulando, corrigiendo. Los apuntes se convierten en manchones pardos entre las hojas. Llegas al punto, a ese punto. El definitivo. Con cuidado, tratas de que todo salga tal como debe salir y entonces, justo entonces, sucede exactamente y tal cual como te lo habían dicho. Estás equivocado.

    De entre los restos de la habitación sacarán los fragmentos que queden de tu cadáver. Quizá te reconozcan por tus registros dentales, es difícil que quede algo más. Y mientras todo termina, en ese microsegundo que se extiende una eternidad, recuerdas lo pensado, lo sentido. Recuerdas también lo que te advirtieron, todos. Y te quedas con la inútil esperanza, tardía esperanza. Quisieras haberles creído.

    Dedicado a Scepticus, pintura-escultura de Damien Hirst.
    [​IMG]
     
    #1

Comparte esta página