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Esclava de tus besos (8 parte)

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Malphast, 9 de Mayo de 2010. Respuestas: 1 | Visitas: 620

  1. Malphast

    Malphast Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    6 de Marzo de 2010
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    Marco apareció repentinamente en la escena y rápidamente fue atacado por Ann con un gran cubo de agua, él se lo quitó con celeridad y la sacó de la fuente para llevarla a rastras hasta la casa.
    - ¡D-¡Dejame! – gritó ella entre risas.[FONT=&quot]

    [FONT=&quot] - Tienes el baño listo, con agua caliente y a llegado una carta de tu abuela, hazme el favor de meterte en el agua y leerla tranquila- le respondió el sin dejar de arrastrarla.[FONT=&quot]

    [FONT=&quot] - ¿La abuela escribió?
    - Si, una carta muy gruesa…

    Antes de que pudiera terminar de hablar ella se había soltado de su brazo y corría hacia la casa, abrió con un estruendo la puerta y despareció en el interior de esta. Asombrado por la reacción se acercó a Marco y le interrogó con la mirada.

    -
    Su abuela rara vez le escribe porque sabe que su padre podría interceptar las cartas, esta la trajo un emisario especial solo autorizado para darme la carta a mí o a ella.

    Ann se sumergió hasta la barbilla en el agua caliente que estaba preparada en la bañera de bronce bruñido mientras suspiraba. Se había recogido el cabello en lo alto de la cabeza y tenía a mano la carta de su abuela, no había sumergido en el agua los brazos para poder agarrar la carta bien sin destrozarla. El lacre rojo de la carta le aseguraba que nadie la había abierto y que los secretos que guardaba estaban a salvo todavía.

    Rompió la cera y sacó el papel perfumado el interior del sobre, la letra estilizada de su abuela cubría tres folios por delante y por detrás, los dos primeros se limitaba a ponerla al día de la familia por parte materna y a intentar hacerla reír. En la última pudo ver la seriedad nada más notar el cambio de la letra, cuando escribía cosas personales su abuelas solía escribir más inclinado, mientras que si tenía que decir algo seriamente su letra se volvía recta.

    Comprendía muy bien a su abuela, cuando los asuntos eran de estado no podía permitirse estar relajada, pero cuando hablaba con su familia podía relajarse. Leyó con cariño las dos primeras páginas y por último la tercera con gran atención.

    Sonrió al terminar de leerla y dejó la carta a un lado para soltar su pelo y sumergirse completamente en el agua.

    William se había pasado toda la tarde jugando con los niños y se dirigía al comedor con todos estos para no perderse la comida. Había aprendido esa noche que en la mesa la única que conseguía la comida sin pelear por ella era Ann, para todos los demás era la selva.

    Al pasar por la puerta del salón principal, donde sabía que comía solo el padre de Ann, se quedó helado al oír la voz de esta.
    - Padre, me marcho mañana mismo, así que no me busques.
    - Todavía no tienes la mayoría de edad, no puedes marcharte- dijo él con voz maligna.[FONT=&quot]

    [FONT=&quot] - La reina lo ha ordenado- dijo ella mostrándole un trozo de papel-, ¿o piensas contradecir a mi abuela?

    Sus ojos se abrieron de asombro… la nieta de la reina, la maldita nieta de la reina. Era tercera en la línea de sucesión, después de sus dos primos y él la había estado tratando de aquel modo… si alguien se enterara le cortarían la cabeza. Ann giró hacia él y cruzaron una mirada, ella le sonrió y volvió a la charla con su padre que había empezado a tirar los platos de porcelana fina por todo el suelo.
     
    #1
    Última modificación: 9 de Mayo de 2010
  2. EPIC

    EPIC Invitado

    muy buena historia, bien encadenada, buenas imágenes, buen uso de las metáforas.
     
    #2

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