Esclavitud II, Serie Teócratas

Éxodo 21:20”Y en caso de que un hombre hiera a su esclavo o a su esclava con un palo y tal [persona] en efecto muera bajo su mano, se ha de vengar sin falta a tal [persona].21Sin embargo, si tarda [en morirse] un día o dos días, no ha de ser vengado, porque es dinero suyo.

¿?

Estos pasajes, el de Éxodo 21:20,21 Nos da otra versión bíblica de la mujer maltratada, la que vive en esclavitud por temor.

Ya sea temor a la soledad, a la miseria o al “¿Qué dirán?” viven sujetas a reglas no escritas, tácitas o, en un extremo alarmista, transmitidas de una generación a otra.

Estos versículos me dan una impresión muy clara de lo que era la “interpretación” de la Teocracia para los convencionalismos desvirtuados, hechos costumbres, en una fe de profundo temor e ignorancia.

Éxodo 22:20 “El que haga sacrificios (ofrendas) a dios alguno, aparte de solo a Jehová, ha de ser dado por entero a la destrucción”

Imaginemos el cuadro:

“Dios dice: tú obedeces”
“Dios manda: tú te callas”

Si nos sumergimos en los mitos eslabonados por comodidad y un aferramiento al poder por parte de los jerarcas, nos llevaremos la obvia decepción ante la incongruencia de sus manifiestos.

 

Como siempre querido amigo César las letras que nos dejas en esta
serie de Teócratas es verdaderamente interesante, muchas cosas
se saben, otras ocultas siempre quedarán, pero la palabra esclavitud
es horrible, pero creo que no debería ni existir ni haber existido esa
palabra ni ese hecho. Bueno no entiendo mucho pero solamente es
mi opinión, lo que pienso, pues estoy en desacuerdo con todas las
injusticias por pequeñas que lleguen a ser.
Ha sido un verdadero placer pasar como siempre por tus letras.
Besos y un abrazo. Tere

 

Realmente es sorprendente la manera de someter a las personas y quedar inmune a las atrocidades cometidas, (Éxodo 20 y 21), esto representa que no hay justicia, pues Dios, no puso esa ley, si no el hombre, en beneficio de sus intereses.

Lo mismo pasa con la esclavitud, todo hombre y mujer nacemos libres y con las mismas condiciones, pero como existen las falsas leyes establecidas, que a más de uno se les llena la boca con ellas, someten al más débil, en este caso las mujeres y a los hombres lo aniquilan, al menos, al que no está de acuerdo con ellas.

Ciegos vamos por la vida si seguimos creyendo en esas leyes, y nunca llegaremos a ser verdaderamente personas.

Ha sido un placer leerlo César, gracias por compartir estos escritos.

Un abrazo.

 

Son tantas incongruencias Tere...

Da asco ver las motivaciones de unos cuantos
convertidas en flagelo sobre las espaldas de muchos.
La ignorancia de algunos los llevó al martirio...
y la ignorancia de otros los llevó a ser tiranos.

Todo en nombre de la "fe"... ¡Malditos sean! mil veces malditos.

Un abrazo.

 

Muchas veces me pregunto si los humanos tenemos algo de humanos.
Pareciera que venimos de una estirpe ajena a todo sentimiento de empatía.

Gracias Ricardo por leerlo y comentarlo.

Un abrazo.