Esfera Galáctica. Cuaderno de bitácora.

Cuaderno de bitácora de la PP20M: Hace ya dos años que partimos de la Tierra en la nave estelar NE20M y aún se reciben sin ninguna dificultad imágenes en alta definición del que fuera nuestro planeta; muchos nostálgicos pasan horas y horas en el ordenador conectándose a esta o aquella cámara web. Con frecuencia se observan animales diversos viviendo tranquilamente, de día, de noche, con lluvia, sobre la nieve, en el desierto, bajo las aguas del mar…como si nada fuese a ocurrir en un futuro más o menos próximo. Después del impacto de "Goliat", el meteorito, pasarán muchos años antes de que seres superiores vuelvan a poblar el planeta; estaremos informados de la situación gracias a los satélites y a las sondas-puente-captadoras-repetidoras de sus señales procedentes de la Tierra. Dani ya parece haberse recuperado de aquellas cosas particulares a las que tenía tanto cariño y tuvo que abandonar en la propia estación de embarque, y ya escribe regularmente, sin medicación; sólo se medica aún a los políticos y casa reales, que aún no se han aclimatado a la nueva forma de vida, en la PP20M u otras naves; aquí siguen, erre que erre, Gomaranto, junto a Cristina, Lore, Carpen, Carmen, Toldo, yoyo, y yo mismo, Manuel.

Ayer asistí a una magnífica conferencia del famoso Dr. Vílchez sobre los avances genéticos y su efectiva influencia sobre el control de enfermedades de la mente, y hoy he asistido a otra donde un chico gallego, que fuera número uno de su promoción y becario de la Universidad de Sheffield, explicó cómo un error suyo en la dosificación de los reactivos había posibilitado la síntesis de la nueva generación de materiales, gracias a los cuales se habían podido construir, a precios razonables, las naves estelares. Lo más significativo de los mismos, subrayó, son sus elevadas resistencias a la compresión, flexotracción y a la propia corrosión química. Con alguna vergüenza por mi parte abandoné mi asiento antes de que concluyera dicha conferencia, pero mi acompañante no quería perderse la lluvia, artificial, que cada cierto tiempo caía plácidamente sobre las calles de la ciudad-nave, y que hacía las delicias de muchas personas como ella que procedía de un país “seco”. Fue una idea arriesgada, pero afortunada, el que se pudiera elegir la nave estelar con independencia del país de origen porque cada nave era diferente del resto, por ejemplo, en lo concerniente a la climatología artificial. En fin yo solía ir a las zonas de cultivo, donde la lluvia era frecuente y me pasaba largos ratos observando las aves, en especial los patos, de las diversas lagunas…pero cada vez estoy más ocupado.

Entre los muchos y buenos cocineros que nos han visitado este mes se encuentra nuestro querido amigo Arguiñano. Hoy ha sido la atracción principal de “El Gladiolo” donde actuaban, como todos los jueves, “Los Escarabajos” . He echado de menos a Nico, pero supongo que podré verlo cuando actúen sus favoritos “Los Creedence Clearwater Revival”, grupo sevillano que no tiene nada que envidiar al original de John Fogerty. Mañana, desde la nave nodriza se transmitirá en directo y en 3D, para que todos podamos presenciarla con todo lujo de detalles, la final del partido de la Copa de Arsenio Escolar, que estará, bien acompañado, en el palco, por la Reina de Inglaterra. Como suele ocurrir no se puede indicar a priori cuál es el favorito si el Madrid o el Barsa, será una final emocionante que se celebrará en el estadio del Queens Park Rangers, como es habitual…. ¡Que gane el mejor!.
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Cuaderno de bitácora: Queridos amigos merengues: jugamos como nunca y perdimos como siempre. Alguien comentó al principio que el Barsa, es decir, que Messie, ese monstruo del lago Mess, no era tan bueno como antes, que que no corría, que era muy malo. Muy malo, sí, pero suficientemente bueno como para endosarnos una vez más tres goles, forzar la prórroga y hundirnos en los penaltis. La nueva camarera, la "espiraldelasseñales", andaba como sonámbula, como soñando, y no ha acertado ni una: le pedí una cerveza y me trajo un café, le pedí un tequila y me trajo un té… cosas de la edad y de los enamoramientos. En fin, otra vez será. Enhorabuena, una vez más, a los culés.

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Cuaderno de bitácora: Llevamos ya tres años en la nave estelar. Hoy he dado mi acostumbrado paseo matinal por la calle principal de la NE20M. En la plaza se observan bastantes niños ya nacidos “en tránsito” dando sus primeros pasos de la mano de sus jóvenes padres. A la altura de “El Gladiolo” , Manu, director del “Dennis Gabor Cinema” me hizo una señal con la cabeza, que interpreté como una invitación a que pasara al interior. Supuse que querría hablarme de “su” guión, ese que empezó hace más de siete años y que, a mi entender, no va a acabar nunca, y entré; pero había algo más. “Ya lleva cinco”, me indicó discretamente mostrándome ligeramente abierta su mano derecha. Cinco whiskys, con sus generosos cubitos de hielo, servidos por la simpática y exótica Espiral, había ya “saboreado” Dani, el aerotaxista de la NE20M en las últimas dos horas, pero parecían no hacerle efecto. Manu me dijo que se había acercado, disimuladamente, y que murmuraba algo así como “no se qué hacer”. Tenía apoyadas ambas manos sobre la frente y de vez en cuando se alisaba el pelo y paseaba la vista por el bien surtido botellero de “El Gladiolo” y volvía a coger el vaso con determinación, y un nuevo trago se sumaba a los anteriores. Manu insinuó que fuésemos a preguntarle si tenía algún problema en el que le pudiésemos ayudar. Pero no parecía una buena idea, sino más bien una intromisión, y decidimos mantener una prudente y educada distancia. Al cabo de unos minutos entró Cristina, excelente psicóloga, muy profesional, aunque prefiere ser considerada una “sanadora-espiritual”, título que recordó a Manu la famosa película de Agatha Christie “El jarrón azul”. La saludamos cortésmente, nos giramos y pedimos casi al unísono dos whiskys dobles a Espiral, que abrió los ojos un tanto sorprendida. ¡Es hora de pensar!, le dije, mientras leíamos las etiquetas de las botellas, al otro lado del mostrador.

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Cuaderno de bitácora: Se aproxima el verano artificial, y va subiendo día a día la temperatura en determinados lugares de nuestra nave estelar. Ayer me acerqué a la playa, la única de agua salada de la NE20M y lo que en principio me pareció la aleta de los pies de un submarinista eran una o dos familias de delfines. Al final pude ver un asombroso salto de uno de ellos. Se mantuvieron todo el tiempo a unos 200 metros de la orilla y parecían más bien jugar. La alimentación no es escasa en el mar de la NE20M y abundan los peces de todo tipo, y aunque está prohibido pescar, de momento, no faltan las clásicas sardinas y auténticas patatas asadas e incluso robalos a la sal en el único chiringuito que suelo visitar, donde incorporan tallos de salicornia a la ensalada, cosa que no me desagrada. Me sorprendió encontrar allí a Abril escribiendo algo en una pequeña libreta ¡a mano!, ni siquiera llevaba el portátil…, estaría preparando alguna conferencia sobre idiomas (ya le he asistido a tres de ellas, y la verdad, están muy bien; y tiene la decencia de decir cosas diferentes cada vez, lo cual no es nada frecuente). Desde el chiringuito de al lado, mucho más bullicioso, llegaba algo distorsionada, supongo que por la brisa, una melodía de “El Sueño de Morfeo”. No me dio tiempo a acabar el whisky (la verdad es que soy muy lento bebiendo, apenas me mojo los labios cada vez; Dani, en cambio, bebe bastante rápido en comparación; en eso somos muy diferentes), cuando se me acercó un uniformado con una carta “certificada” . Era de J.M.G., la jefa. M, de Margaret, creo, ya que la Reina de Inglaterra se dirigió a ella como “mi querida Maggie”; la “J” y la “G” no sé de qué, y me parece que son pocos los que lo saben. No abrí la carta hasta llegar a “El Gladiolo”, me senté en una solitaria mesa y con un miedo panicoso pude leer que “se requería mi presencia en la sección L1 de la nave nodriza, lo antes posible, que Robbie Sinclair me daría instrucciones”. En el rincón de la barra donde solía estar Dani, no había nadie, un problema más, tendría que buscarlo. A la “jefa” (J.M. G.) no le gusta esperar y cuando te da una orden, procura no fallarle o estás “listo”. Le dije a Espiral que necesitaba “urgentemente” a Dani y fui a mi habitación a hacer la maleta con lo más preciso. El miedo me acompañó durante los más de dos km que separaban el bar de mi “pieza”.
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Cuaderno de bitácora. Faltan 10 horas para llegar a la nave nodriza. En el aerotaxi de Dani, donde caben 30 y que normalmente, según me indica, va repleto, vamos sólo él y yo. Si por lo menos pudiese saber de qué se trata… No sé porqué me preocupo tanto, será cualquier tontería…, a lo mejor es que un nieto de “la jefa” quiere que entre en el código máquina de algún juego de esos complicados para que su precioso nietecito pueda pasar de fase sin grandes dificultades; eso lo hago en un plis-plas y ¡seguro que es eso!”. (Podré estar en el “Gabor” la noche mágica de Buñuel. Manu va a pasar de forma ininterrumpida ¡todas! las películas de Buñuel en 3D holográfico. Murciana se ha ocupado de “comprar” entradas para todos y Espiral llevará los bocatas y las bebidas, ¡qué nochecita!). Pero eso lo podría hacer también cualquier informático; en fin, igual soy una especie de “recomendado” y me quieren ¡a moi!. ¡Ay, ay, ay…!, este secretismo me está jodiendo vivo. Intentaré dormir un rato. Hasta luego. Me he quedado “grogi”. Dani también duerme. El piloto automático lo hace todo. Por cierto, yo participé en la balización laser del espacio libre entre naves: programé toda la parte del dimensionado sensible a desbordamientos no deseados en tráfico intenso. Ya falta menos, ¡qué nervios!.
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