Esos ojos negros

Y sentado sobre una duna verdosa, mientras caían las cenizas del día con el sol gastando sus últimos destellos, con el sonido quebrado de los pájaros anunciando el fin, encendiéndose una a una las lámparas erguidas sobre las calles arenosas que iban iluminando un sendero sin visitantes. En ese momento copiado de todos los días, mientras respiraba profundamente, apareció una sombra que encandilaba mi espacio, detrás de esa sombra se escondía un rostro sumergido en tinieblas, sus ojos profundamente negros me absorbieron como un abismo interminable, como el sueño repetido noche tras noche, donde el vació de una gigantesca escalera de madera chillona me sujetaba de los pies y me llevaba al infinito, despertándome de un golpe al corazón, esa fue la sensación de sus ojos negros. Nos quedamos mirando fijamente, en realidad me obligo a mirarlo eternamente, luego cerro sus parpados como liberándome de su prisión y sus labios se movieron lentamente por unos minutos. Mientras trataba de descifrar sus palabras, su figura se esfumo, luego de unas horas cuando mi cuerpo supo responder a mis llamados, me dirigí a mi habitación, allí amanecí escudriñando en mis oídos las palabras, y la suma de los tic tac del reloj evidenciaban las horas que esa tarea arrancaba de mi vida.
Ese Sábado, salí deambulando cuando el sol ya estaba en el punto mas alto, llegue hasta el portón de salida y vi en la calle las huellas de dos enormes pies, que aun desprendían un aroma rancio. Salí a trotar como todos los fines de semana, pero ese Sábado recorrí mas de lo normal, tal vez por que el recuerdo acallo el cansancio y dejo sin efecto la continuidad del tiempo, donde ya me había perdido tantas otras veces.
Llegue a mi hogar, y cuando entre solté algunas palabras, que retumbaron en la pequeña sala… mis oídos registraron ese sonido y lo compararon con la voz del día anterior… un escalofriante sentimiento recorrió cada milímetro de mi nuca, acaso fue todo un sueño? Como era posible haber escuchado mi voz en aquel personaje siniestro?, aquella tarde me quede admirando el ocaso a la espera de una respuesta, mientras estaba hipnotizado en mis pensamientos luego de ingerir una bocanada de aire en un suspiro, mis pulmones se llenaron de ese extraño aroma igual al ocaso anterior, al levantar la vista me encontré nuevamente con ese hombre misterioso, esta vez me acerque rápidamente y un metro antes de llegar a el, mi cuerpo dejo de ser controlado por mi, se quedo inmóvil, atónito, quedo congelado en aquel día tan caluroso. El sonido comenzó a ingresar en mis oídos y esta vez escuche…. "La muerte es una cosechadora de tiempo, va pasando por tu cuerpo cada año dejando surcos en tu rostro, será mejor que aproveches la energía de tu tierra antes que se cubra de malezas".
Al parpadear, otra vez el se había esfumado, y al segundo siguiente estaba en mi cama mirando una vez mas mi techo descolorido….
Era yo desde el futuro? Soy yo en el pasado? Todo es tiempo, todo da vueltas sobre las vueltas del reloj, tengo que vivir mas o mejor mi vida? Bueno.. Mañana lo pensare mejor -dije dentro mío-
Al día siguiente desperté inundado de ese hedor, abrí mis ojos y delante de ellos vi los retorcidos y oxidados hierros de un puente…., me levante exaltado, no comprendía nada, me dolía respirar, las manos, todo el cuerpo. Mire a mi alrededor y era una terrible pesadilla, estaba en medio de la mugre, yo estaba impregnado en el… baje por una escalera de madera chillona y me acerque a un charco… vi mi rostro sumergido en tinieblas, vi mis ojos profundamente negros...