Esperando una llamada

Oculto bajo la noche, esa soy, fui. Recluté formas de escucharte cuando creí no volver ha hacerlo. Intenté detener el tiempo bajo lás reproduciones del contestador. Aprendí cada tono, cada palabra. No supe valorar el tacto que me diste. Me expresé entre llamadas de atención camufladas. Realmente me deshice de aquellas etiquetas. Para entonces, demasiado tarde.

Reanudé mi marcha, y como siempre, volviste. No entendía nada. Solo aparenté quererte tanto como para dejarte ir. Esa fue mi última llamada de atención. Tan correcta como incoherente. Tan eficaz como trágica.

No cambiaría nada. Cada paso que dí, en falso o real, crearon este pasadizo. No volveré atrás hasta chocarme contra un muro. Incluso si lo encuentro, puede que lo escale o espere a que el tiempo, por sí solo, lo derribe. Continuaré el camino que yo he creado con mis pisadas sobre una tierra tan humeda que me hizo hundirme unos centímetros para continuar.

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Del dolor de la ausencia, de esa inseguridad que muchas veces nos hiere al dudar sobre si hemos hecho lo correcto o no; sin embargo, no hay vuelta atrás, lo hecho hecho está. Gracias por este regalo. Un abrazo y estrellas. Te felicito por tu arte, poetisa Estefanía.

 

Gracias a ti por este fantástico comentario. Me alegra enormemente que te guste. Un abrazo.

 

comprender no lo hace mas claro, ni mas oscuro....es tragico.
Un gusto leerte.
saludos poetisa.

 

Muchas gracias ZERO, un saludo.

 

La profundidad se palpa en tus letras, un placer leerte.