estigma

Un pétalo boga por el viento de tu aliento, un estigma se impregna en el suelo de tu piel rasgada por las caricias que se desvanecen con el tiempo. Un cuento de ninfa entro en tus oídos y en la imaginación comenzó crearse un sueño lleno de ilusiones y canciones viejas, que dieron un escalofrío a tu alma alborotando el oleaje de tu pelo sacudido por la brisa matutina de primavera, donde tu tibia mirada nace como el crepúsculo irradiando absolutamente todo a su paso, donde la alquimia de tu esencia embriaga todo mi ser y me hace volver a recordar los golpes de la ausencia de nuestras presencias, pero es tan senil el reencuentro con tu candor que revive mis sentidos y mi voz haciendo que la gárgola del olvido se convierta en piedra con la luz de tus ojos.
Y este estigma vuelve a nacer como el ave fénix a este nuevo calor con más vigor y candor para así poder subsistir, mientras mis labios limpian las yemas de tus dedos desgarradas por borrascas y tormentas que pasaste lejos de mí, y mientras tu lengua paseando por mis dientes cura las heridas de tu ausencia en cada rincón de mi espíritu a lapso lento y tenue, haciendo que nuestras respiraciones se trasformen en el canto de un quetzal que quiere nuevamente volar por la odisea de nuestros senderos unidos para abrir sus alas y flotar por los aires mientras el sol ilumina su plumaje, que no es más el reencuentro de nuestras almas donde nuestros estigmas se funden en uno solo sello que es el vernos otra ves.