Estimulo aversivo

La noche acaba de empezar. Me siento extraño aunque debo seguir caminando, existe en mí una necesidad de girar el rostro hacia atrás. Otra vez el silencio absoluto de los espacios de mi mente. En más de una oportunidad sentí a la muerte caminar a mi lado, solo me remití a llamarme al mutismo así sin decir nada. Desde un Angulo extraño pude ver cómo aquella mujer sensual de semblante gélido llamada muerte me observaba sonriendo. Sin embargo será preciso pervertir la dicotomía impersonal y surrealista de mi inconsciencia, modificando cada vértice de incomodad, adosado a un nuevo auto boicot situado indemne a un lado del camino. Es hórrida la sensación de hundir los pasos dentro de los campos mórbidos del dolor, tan asfixiantes, breves y sofocantes que volvería a mirar hacia la nada en busca de ese estimulo aversivo que generará nuevamente ese híbrido subterfugio que me sacará de aquí.