Esto no es un poema

La vida Es Así

El hambre jamás arruinó su vida, y de su huida salió la verdad: el camino que siguió era aquel que desemboca como río sin cause y sin causa en el mar más violento, y la verdad es siempre violenta cuando se ha vivido creyendo solo mentiras…por eso la barca en la que viajaba se hundió apenas tocó la costa: el río se pierde entra tanta marejada, la voz en el oleaje, y la mente en las nubes de aquel basto cielo azul de tan noble mañana; así inicia siempre una historia violenta: la historia en la que se cuentan verdades a gente ignorante, a gente perdida, a gente muerta.

La vida es entonces: ese mar embravecido al que salimos en aquella labor de parto en que se nos expulsó del paraíso. Toda comodidad desaparece cuando un alma débil a la verdad se enfrenta, ya sea la más general de todas, las menos difícil, aquella que aun el temeroso solitario digiere. Frente a la verdad, la seguridad duda y se tambalea, el horizonte se hace borroso y la ignominiosa derrota de nuestros ideales hacer ver todo con ojos tristes, solitarios, vacíos…pero nuestro, todo es nuestro. Porque nuestro es el camino.

Cada paso se vuelve un arma de doble filo, un arma que nuestro más grande enemigo usa en contra nuestra: esa espada que corta enemigos y el propio coraje se llama miedo. El miedo que nace de aquella visión del futuro. El futuro es pues solo para los valientes: el cobarde debe quedarse sentado en el pasado, en el umbral de la cómoda ignorancia, en el regazo de la pereza, prestando atención al soliloquio de sus propios temores, soporíferos, infantiles, precoces…sí, el futuro es para los valientes. Y ellos mueren con sus alas entre las manos, si es que el mal les vence en pleno vuelo. Ellos mueren con sus pies ensangrentados, si el mal les vence en la bella carrera, la gran carrera.

Y en aquel camino, en aquel cielo, entre aquellas nubes, sobre aquellos pastos, no todo es gris ni oscuro, ni malo, ni imposible, pues entre las nubes hay agua, en el camino hay amigos, en el cielo, querubines, sobre aquellos pastos: vida. Es la vida entonces un páramo sobre el que se asienta su propia cabeza, sobre el que andan sus propios pies: una pintura que descubre su propia naturaleza y no encripta verdades. La vida es el vaso y el agua en el vaso. Es el camino y la meta, el bien que encubre el mal, y aquel mal que resguarda entre sus sombras el bien. La vida es el ying y el yang, la luz en la oscuridad, lo femenino dentro de cada hombre, el coraje y la valentía y el garbo dentro de cada mujer. La vida es bella.

La vida es bella por cuanto se aprende entre sus rumbos, por cuanto se siente y bello sabe a nuestros sentidos más sensibles. La vida es bella por cuanto se aprende en la medida correcta para poder enseñar y aplicar lo aprendido, aquello que hace distinto a uno de otro, lo que nos hace más altos, más grande a uno que otro, lo que nos diferencia e imprime carácter. La vida es así

 

para algunos lo es, muy sabias palabras, abrazos