Eternamente tú, LA MUJER DE MIS SUEÑOS

Y te haré el amor… La seda de tus sábanas, Será testigo inanimado, Del placer estrepitoso de tu vientre. Gritarás en el profundo silencio de la eterna noche Mi nombre, Ya sin fuerzas y con voz endeble Suplicarás “No más”. Te entenderé y caeré rendido En el regazo de tus firmes senos. Apretarás mi mano, Me acariciarás, Y poco a poco, despacio… Volverás a ser mía, Susurrarás algo a mi oído, No lo entenderé, Te miraré... Confundiré tu mirada Con lujuria y desenfreno Con la de virgen y cortesana. Tu rostro eclipsará la luna El sudor se deslizará desde tu frente Bordeando tu cuello Hasta el valle de tus senos, Respiraras profundo, Apretaras tus caderas, Y aumentarás el vaivén de tus glúteos Sobre mi cuerpo desnudo. Mi sabia bañará tu abdomen En un destello de luz, Permanecerán conectados Al infinito tu cuerpo y el mío, Cual si fuese ombligo y placenta, Unidos como lluvia y madre selva, Donde uno vibra por el otro, Donde dos son uno. Desde ese momento seré tu siervo, Tu esclavo, tu súbdito Viajaré ceñido a tu cintura por el resto de mis días, Serás mi ángel y mi virtud Serás en definitiva Eternamente tú, LA MUJER DE MIS SUEÑOS