Eustaquio, el cabezón destructor

Eustaquio acaba de encontrarse un casco entre los matorrales de una ensenada, junto a una motocicleta antigua y unas botellas vacías de sidra. También hay un esqueleto cerca, pero a este no le ha hecho caso.

Es grande, perfecto para su cabeza. Es rojo, curiosamente del mismo color que su sangre, ha dicho después de derribar un poste de la luz que le hizo sangrar un poco la nariz.

Le ha gustado lo de aporrear cosas con ese casco. Las águilas dibujadas a los lados de él se van desgastando a cada mamporrazo que arrea a todo lo que ve o está en el medio.

Se ha cargado el buzón de correos y no lo hemos podido encontrar entre los cuatro de la aldea, o sea, toda la aldea.

Las puertas de las casas que permanecen cerradas durante todo el año, hasta el mes de agosto que vienen los veraneantes y dueños, las ha abierto todas. Coge carrerilla, levanta el pie derecho y lo echa para atrás, al igual que el brazo izquierdo, luego se muerde la lengua ladeada y corre como un demonio con el cuerpo en noventa grados y la cabeza como punta derribadora.

Ahora va por las ventanas. Para ello tiene que entrar en las casas y cabecearlas desde dentro, y ya que está dentro aprovecha para destrozar el mobiliario.

Nosotros vamos tras él como locos, pero es muy veloz. Parece ser que el dichoso casco le da fuerza y velocidades tremendas, burráticas y absurdas. Va a ser un superhéroe de esos, aunque a lo borde y a lo pueblerino.

Lleva todo el día igual. Parece la fiesta del Corpus de antaño, con las puertas y ventanas tiradas por ahí, en mitad de las calles, de las aceras y los prados.

Ligio dijo que llamemos a la guardia civil, a ver si le vuelan cabeza y casco. De momento creemos que sería hacerle un feo, después de todo lo conocemos desde más de hace medio siglo.

No para. Es de noche y Eustaquio continúa a cabezazo limpio con las farolas, que yacen en mitad de las callejas, junto a las maderas de puertas y ventanas. El buzón de correos todavía no lo hemos encontrado y Paco dice que mañana tiene que echar una carta. No dijo a quién, pero ya lo averiguaremos.

Cada vez son más potentes los mamporrazos que da, y es más veloz aún.

Ha derruido totalmente el viejo palacio de los marqueses de Inicio, y miren que estaba allí desde hace quinientos años. Algunas piedras han ido a parar a la quinta porra, allá cerca de la cima y ruedan laderas abajo.

Ha destrozado el puente el muy cabrón. Nos dimos cuenta al amanecer, porque nosotros nos fuimos a dormir un poco, aunque no pudimos por los cacharrazos que daban los árboles al caer abatidos por el cabezón del Eustaquio. Los senderos que acompañan al río están ahora sin alisos ni chopos ni nada.

Hemos visto una polvareda por la parte de atrás de la aldea, la más alta. Al acudir allí a Eustaquio a penas le dio tiempo a decir "Enterrad el esqueletoooo, pedazo de cabronessss".

Pues eso hemos hecho: enterrar al esqueleto en el camposanto, junto a la Manuela, una pobre mujer que murió soltera, pero era muy puta. Ligio llenó el botijo con agua bendita de la ermita de la aldea y la arrojó sobre la tumba del esqueleto del motorista desconocido y la Manuela.

Eustaquio se ha ido a dormir, se conoce que estaba cansado el hombre. A lo mejor es por los años, aunque ochenta y uno no son tantos.

La aldea da pena verla, y los alrededores. Cuando vengan los de agosto de seguro nos dicen algo.

Lo siento, pero todavía no hemos podido descubrir a quién ha escrito Paco. Y tampoco encontramos el buzón.

A más ver.
　
　

 

Ay, ay, ay... Se me dio, se me dio jajaja Espera que me preparo el mate y vengo leer suave y tranquila

 

Encantada de leer tu relato. Es muy interesante. Saludos.

 

jajajaja La aldea hecha bolsa y a ellos lo que le importaba era chusmear la vida privada de Paco jajajaa

¡¡Bien de pueblos!! jajaja

Oye Ebanista, con todo lo que pasa en tu aldea, es más divertido vivir allí que en la ciudad...
¿Quedó alguna casa medio entera y en venta a precio económico por la destrucción a cabezazos?
Avisa que me mando para allí, a ver si me pasan cosas más entretenidas jajaja

Genial!

Besos!

 

Hoy realizarè otro tipo de opiniòn,
Para comenzar "EUSTAQUIO" es uno de los cinco nombres, que en el idioma español lleva las cinco vocales; Manuela, en psicologìa sexual aplicada, dentro de su analogìa corresponde a la "Masturbaciòn" para ambos sexos; y si ella era puta, habrà enseñado a todos los del pueblo a masturbarse, (me robarè tu ja, ja, ja,)... y no les importaba lo que hacìa Eustaquio, porque estaban entretenidos con su "manuela" privada; en la selva cuando era un niño "malo" (guerrilla), las cocineras colombianas de nuestras falanges, nos contaban historias fantàsticas parecidas a las tuyas, es el drama de la imaginaciòn en su secuencia de suspenso, que intriga y enamora, sigue con tus relatos, acuèrdate que tenemos solamente dos meses; tratarè de iniciar a recontar "historias increibles" donde lo inverosimil es lo fuerte por su creencia, te saludo. Afro-Toasa.

 

Mañana le respondo, señora Ro, que hoy me duele la cabeza jajajja... Y preguntaré si hay una vivienda económica. Seguro será más que bien recibida porque será la única mujer. Un abrazo y buenitas noches.

Muchas gracias señora Lourdes por su paso. Un abrazo, amiga.

Señor Bolivar, ese otro tipo de opinión también es muy bueno jajaja... Un abrazo, compañero.

 

Me recuerda a los personajes de Fernando Esteso cuando cantaba eso de "la Ramona pechugona" xdxdxd, que brutos son en tu pueblo jajjaja


Palmira

 

Vaya amigo con el bueno de Eustaquio.
Y es que no debe ser conveniente ponerse en la cabeza
ese casco que tiene grabadas dos águilas. A saber los daños colaterales
que podrá acarrear jejejej
Un abrazo.

 

Muchas gracias, palmira, por venir un ratito a esta aldea loca. Un abrazo.

Pensé que fueran buitres lo dibujos del casco, quedaría más acorde, señor Eladio jajaja... Gracias compañero por pasar.