Evas

EVA 1

Ellas lloraron como yo, otros
dolores
con las misma
raíz, iguales ramas,
y con un nudo enorme en la garganta
que la mano del destino administraba
al ritmo de su tambor caprichoso
llenándolo o vaciándolo de lágrimas.




EVA 2

Ellas supieron como yo de amaneceres,
y de días gloriosos de bonanza
cuando brotaban en sus pieles
serpentinas de amor que en amapolas
como un sello indeleble las tatuaban.
Ellas también como yo habrán tenido
pronta la risa en sonoras carcajadas
o habrán escondido su alergia
en la mascara sutil de indiferencia
si debiera quedar disimulada.









EVA 3

Hoy hago un brindis sincero y generoso:
Y llenaré mi copa a desbordarla.
Si fuera necesario vaciaría
una y mil veces más, hasta embriagarme
en cada ocasión a recordarlas:
Que estoy aquí, sintiendo lo que siento
en mi pecho, en mi pulso y en mi sangre
un lazo indeleble que me ata
al cordón umbilical de mis ancestros.
Y en la piel, un géiser se desliza
de norte a sur, para borrar mi nombre,
y en Eva primitiva transformarme,
Eva, dueña del mundo, cautivada de la serpiente,
Eva, ebria en el cielo,
hambrienta en el paraíso,
consumiendo a trago lento,
la manzana, sin permiso.