Felicidades por tu aniversario de vida, mi compañera del alma

Es que no sé cómo empezó todo, si fue aquel instante fugaz en que nuestras miradas se cruzaron, o quizás antes, en algún rincón perdido del universo, donde nuestros destinos decidieron entrelazarse en una danza de casualidades. Te miro hoy, en este aniversario de vida, y me doy cuenta de que el tiempo, siempre tan impreciso, ha sido solo un espectador de nuestra historia.

No hablo de los años, que a veces parecen solo excusas para sumar momentos, sino de los detalles que se nos escapan entre los dedos y que al final son los que cuentan. Como aquella tarde en que reíste por nada, pero esa risa tuya fue el eco que me acompañó durante días. O las palabras que nunca dijimos, porque no hizo falta, porque tú y yo nos entendemos en ese lenguaje que no tiene reglas ni signos, solo el pulso de lo que somos.

Eres mi compañera del alma, y no lo digo como quien recita algo aprendido de memoria. Es más bien la certeza, esa sensación que late en los huesos cuando te pienso, cuando el mundo se desdibuja y solo quedas tú, presente en cada rincón, en cada sueño, en cada parte de lo que soy. Y hoy, en este día que celebramos tu vida, me encuentro buscando las palabras que puedan contener lo incontenible.

Pero no las hay. Al menos, no de la manera en que quisiera. Porque ¿cómo se describe la eternidad que encuentro en tu sonrisa? ¿Cómo se nombra el refugio que has sido, cuando todo alrededor parecía tambalearse? Así que, en lugar de buscar esas palabras, prefiero entregarte este silencio, ese en el que nos encontramos sin necesidad de decir nada. Porque tú lo sabes, siempre lo has sabido.

Hoy celebro tu vida, pero también celebro lo que has hecho con la mía. Tu risa, tu mirada, tus pasos que se cruzaron con los míos y que nunca más se soltaron. Y aunque los días nos desafíen, aunque el mundo siga girando ajeno a lo nuestro, aquí estamos, tú y yo, danzando en esa complicidad silenciosa que hemos construido.

Feliz aniversario, mi compañera del alma. Que este día te envuelva con la certeza de que siempre estaré aquí, en cada latido, en cada suspiro, en ese espacio donde tú y yo somos más que el tiempo, más que los días, más que todo.