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Félix Lope De Vega Carpio

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por almacautiva, 16 de Mayo de 2006. Respuestas: 3 | Visitas: 11709

  1. almacautiva

    almacautiva Poeta adicto al portal

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    Para comprender mejor sus poemas iré intercalándolos con la biografía haciendo un recorrido por su vida amorosa, que fue plena y variada. Merece la pena leerlo todo junto:

    Félix Lope de Vega Carpio
    (1562-1635) ​


    Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635) nació en Madrid. Estudió con Vicente Espinel y, después, en el Colegio Imperial de los jesuitas.
    De 1583 a 1587 datan sus primeros amores con Elena Osorio, llamada Filis en sus poemas.
    En 1588 un rival ganó el amor de Elena, causando a Lope un despecho que desahogó en escritos de toda clase y que aún recordaría en La Dorotea, en 1632.

    «—¿Apartaste, ingrata Filis,
    del amor que me mostrabas
    para ponerlo en aquel
    que pensando en ti se enfada?

    ¡Plegue a Dios no te arrepientas
    cuando conozcas tu falta,
    mas no te conocerás,
    que aun para ti eres ingrata!

    ¡Filis, mal hayan
    los ojos que en un tiempo te miraban!

    Aguardando estoy a verte
    tanto cuanto ya te ensanchas,
    arrepentida llorando
    el bien de que ahora te apartas;

    víspera suele el bien ser
    del mal que ahora no te halla,
    pero aguarda, que él vendrá
    cuando estés más descuidada.

    ¡Filis, mal hayan
    los ojos que en un tiempo te miraban!

    ¡Oh cuántas y cuántas veces
    me acuerdo de las palabras,
    cruel, con que me engañaste
    y con que a todos engañas!

    A ti te engañaste sola,
    pues te he de ver engañada,
    deste que tú tanto adoras
    y de mí sin esperanza.

    ¡Filis, mal hayan
    los ojos que en un tiempo te miraban!

    Miréte con buenos ojos,
    pensando que me mirabas
    como te miraba yo
    por mi bien y tu desgracia;

    que en esto, bien claro está,
    eras tú la que ganabas,
    mas a fin no mereciste
    tanto bien siendo tan mala—».

    ¡Filis, mal hayan
    los ojos que en un tiempo te miraban!​


    El episodio terminó con un proceso y un destierro de 1588 -año en que se casa con Isabel de Urbina (Belisa)- a 1595. Vivió en Valencia y, después en Alba de Tormes.
    Ya en Madrid y viudo, en 1598, se casó con Juana de Guardo y mantuvo un doble hogar. Después, conoce a Micaela Luján hacia 1599 (Camila Lucinda).


    Lucinda, yo me siento arder, y sigo
    el sol que deste incendio causa el daño,
    que porque no me encuentre el desengaño
    tengo al engaño por eterno amigo.

    Siento el error, no siento lo que digo,
    a mí yo propio me parezco extraño;
    pasan mis años, sin que llegue un año
    que esté seguro yo de mí conmigo.

    ¡Oh dura ley de amor, que todos huyen
    la causa de su mal, y yo la espero
    siempre en mi margen, como humilde río!

    Pero si las estrellas daño influyen,
    y con las de tus ojos nací y muero,
    ¿cómo las venceré sin albedrío?


    Ya no quiera más bien que sólo amaros,
    ni más vida, Lucinda, que ofreceros
    la que me dais, cuando merezco veros,
    ni ver más luz que vuestros ojos claros.

    Para vivir me basta desearos,
    para ser venturoso, conoceros,
    para admirar el mundo, engrandeceros,
    y para ser Eróstrato, abrasaros,

    La pluma y lengua, respondiendo a coros,
    quieren al cielo espléndido subiros,
    donde están los espíritus más puros;

    que entre tales riquezas y tesoros,
    mis lágrimas, mis versos, mis suspiros,
    de olvido y tiempo vivirán seguros.


    Probablemente anduvo también con otras mujeres. Hasta 1608 duran estos amoríos, que se reflejan constantemente en sus escritos.

    Es la mujer del hombre lo más bueno,
    y locura decir que lo más malo,
    su vida suele ser y su regalo,
    su muerte suele ser y su veneno.

    Cielo a los ojos, cándido y sereno,
    que muchas veces al infierno igualo,
    por raro al mundo su valor señalo,
    por falso al hombre su rigor condeno.

    Ella nos da su sangre, ella nos cría,
    no ha hecho el cielo cosa más ingrata:
    es un ángel, y a veces una arpía.

    Quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
    y es la mujer al fin como sangría,
    que a veces da salud, y a veces mata.

    Al año siguiente, la muerte de su esposa e hijo Carlos Félix le sumen en honda crisis y se ordena sacerdote.

    ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
    ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
    que a mi puerta cubierto de rocío
    pasas las noches del invierno escuras?

    ¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
    pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
    si de mi ingratitud el hielo frío
    secó las llagas de tus plantas puras!

    ¡Cuántas veces el Ángel me decía:
    «Alma, asómate agora a la ventana,
    verás con cuánto amor llamar porfía»!

    ¡Y cuántas, hermosura soberana,
    «Mañana le abriremos», respondía,
    para lo mismo responder mañana!


    Desde 1605 es secretario del duque de Sessa. Por su epistolario se conocen algunos sucesos íntimos de su vida. En primer lugar, la inestabilidad de su vocación religiosa, que cederá ante su último gran amor, Marta de Nevares (Marcia Leonarda o Amarilis), junto a la cual estuvo en todo momento a lo largo de la enfermedad que la atacó en sus últimos años, y hasta su muerte en 1632.

    Canta Amarilis, y su voz levanta
    mi alma desde el orbe de la luna
    a las inteligencias, que ninguna
    la suya imita con dulzura tanta.

    De su número luego me trasplanta
    a la unidad, que por sí misma es una,
    y cual si fuera de su coro alguna,
    alaba su grandeza cuando canta.

    Apártame del mundo tal distancia,
    que el pensamiento en su Hacedor termina,
    mano, destreza, voz y consonancia.

    Y es argumento que su voz divina
    algo tiene de angélica sustancia,
    pues a contemplación tan alta inclina.


    Desde entonces, la vida de Lope se hunde ante la vocación religiosa de su hija, la muerte de su hijo Lopito y la fuga de su hija Feliciana.
    Su entierro fue un acontecimiento público, y, un año después, aparece una primera biografía, escrita por su discípulo Juan Pérez de Montalbán, quien le atribuye 1800 obras de teatro, sin contar los autos sacramentales. De éstas se consideran hoy 317 auténticas y 27 probables. A ellas hay que sumar varios libros de poesía, novelas y narraciones en prosa, junto a los poemas épicos, acaso los escritos más queridos por él y menos leídos hoy.

    Se cuenta entre sus anécdotas la improvisación espontánea de un soneto dentro de su comedia menor: La niña de plata.

    Un soneto me manda hacer Violante
    que en mi vida me he visto en tal aprieto;
    catorce versos dicen que es soneto;
    burla burlando van los tres delante.

    Yo pensé que no hallara consonante,
    y estoy a la mitad de otro cuarteto;
    mas si me veo en el primer terceto,
    no hay cosa en los cuartetos que me espante.

    Por el primer terceto voy entrando,
    y parece que entré con pie derecho,
    pues fin con este verso le voy dando.

    Ya estoy en el segundo y aun sospecho
    que voy los trece versos acabando;
    contad si son catorce, y está hecho.​


    OTROS GRANDES POEMAS

    Ir y quedarse, y con quedar partirse,
    partir sin alma, y ir con alma ajena,
    oír la dulce voz de una sirena
    y no poder del árbol desasirse;

    arder como la vela y consumirse,
    haciendo torres sobre tierna arena;
    caer de un cielo, y ser demonio en pena,
    y de serlo jamás arrepentirse;

    hablar entre las mudas soledades,
    pedir prestada sobre fe paciencia,
    y lo que es temporal llamar eterno;

    creer sospechas y negar verdades,
    es lo que llaman en el mundo ausencia,
    fuego en el alma, y en la vida infierno.​




    Suelta mi manso, mayoral extraño,
    pues otro tienes de tu igual decoro,
    deja la prenda que en el alma adoro,
    perdida por tu bien y por mi daño.

    Ponle su esquila de labrado estaño,
    y no le engañen tus collares de oro,
    toma en albricias este blanco toro,
    que a las primeras hierbas cumple un año.

    Si pides señas, tiene el vellocino
    pardo, encrespado, y los ojuelos tiene
    como durmiendo en regalado sueño.

    Si piensas que no soy su dueño, Alcino,
    suelta, y verásle si a mi choza viene,
    que aun tienen sal las manos de su dueño.


    MI FAVORITO​



    Desmayarse, atreverse, estar furioso,
    áspero, tierno, liberal, esquivo,
    alentado, mortal, difunto, vivo,
    leal, traidor, cobarde y animoso;

    no hallar fuera del bien centro y reposo,
    mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
    enojado, valiente, fugitivo,
    satisfecho, ofendido, receloso;

    huir el rostro al claro desengaño,
    beber veneno por licor süave,
    olvidar el provecho, amar el daño;

    creer que un cielo en un infierno cabe,
    dar la vida y el alma a un desengaño;
    esto es amor, quien lo probó lo sabe.




    Biografía en: http://www.spanisharts.com/books/masters/es_lope.htm
    Todos sus poemas en: http://www.poesia-inter.net/indexlv.htm

    Espero que sirva para que se le conozca un poco más. ¡Es grande!
    Alma.
     
    #1
  2. Pandora

    Pandora Poeta fiel al portal

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    Querida Alma , me encanta el recordar lo poco que he leído de Lope de vega , ese portento de la lengua española , su producción es completamante extraordinaria , fue innovador en su época y aun el tema de sus composiciones son vigentes , otro escritor que me apasiona es Calderón de La Barca , que si bien su producción no es tan amplia ,es muy extensa , casi 500 obras ,pero su fama no se refiere a eso sino a su estilo barroco y estético, y a lo oscuro de sus palabras , gracias Alma por invitarme a pasar por este rincón .

    saludos
    Elluz K
     
    #2
  3. Jaime1962

    Jaime1962 Poeta veterano y reconocido en el portal.

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    Alma:

    Te agradezco el esfuerzo de ilustrarnos un poco en la vida y obra de un inmortal de la literatura española, varias de las situaciones de su vida que analizas y mencionas realmente me parecen excelentemente comentadas, conocer de poesía, es leer, leer, declamar, esperar que en el alma se impregnen tan grandes creaciones y a lo mejor que en un granito del subconsiente despues de digerirlo supure algo de lo que siempre queda y al llegar a tu consciente lo puedas expresar y enriquecerte y enriquecer a los demás con ello.

    Un saludo

    Jaime
     
    #3
  4. ojosverdes

    ojosverdes Poeta asiduo al portal

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    Alma, muchas gracias por recordarnos a tan grande escritor, y me ha gustado la forma en que has intercalado los poemas con su vida. Mi poema favorito también es el último que has puesto y conocido como "Varios efectos del amor". Ha sido un placer recordar, mil besos:::hug:::
     
    #4

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