Fiambre

Hay un vecino fiambre en el otro apartamento,
sé que debiera avisar y que se lleven al muerto.
Pero me da tanto morbo tener cerca esa carnaza,
vivir emociones fuertes saltando por la terraza.

El infeliz vivía solo pero tenía dinero
y conste digo tenía porque lo he dejado a cero.
Me pongo todos sus trajes y me embriago con su ron,
pero a cambio cada mes pago la contribución.

También le riego las plantas, le dejo la casa mona,
le pongo alpiste al canario y a él le pongo su corona.

Paso horas contemplando sus colecciones de insectos
que yo le estoy ampliando con los que cazo en sus restos.

Tiene una casa tan chula que ya ni salto a la mía,
me he acostumbrado al olor que enmascaro con maría.
Empecé con dos macetas y he montado el paraiso,
al muerto ya no le importa que le reforeste el piso.

A él lo tengo bien cuidado, ¿y dónde va a estar mejor?
en una lúgubre tumba o en su propio comedor.

Por abusón me han trincado, me ha denunciado un vecino,
¿cómo demuestro yo ahora que no soy un asesino?.

 

Si no puedes demostrarlo da igual.
¡Qué te quiten lo bailao!
Cuentista.

 

De algun modo es entretenido, saludos.