Flor de mi niñez

La vida está llena de sorpresas, algunas más gratas que otras, esa es la belleza totalmente exótica del azar, hay que saber apreciar la ilusión de la libertad, todo depende del sentimiento espontáneo que te impulsa a reaccionar y la diversidad de los mismos. Cuánto soy capaz de soportar por ser fiel a mi esencia? cuanto soportará ella por mantenerme en pie? Y me siento tan arrancada de mi tierra, soy un forastero en un presente que no reconozco, me invita a pasar y relee mis pecados. La única con el derecho a condenarme es esa criatura de ingenuidad pura que jamás soñó con ser yo, me observa inmóvil y totalmente congelada en el tiempo desde la esquina superior de mi habitación, a ella le pido perdón cada noche, sin embargo no sufro su juicio, para mi sorpresa sólo me sonríe eso aumenta el peso de mi dolor, me falta tu seguridad, tu despreocupación y tu capacidad de perdonar. Me diste las armas y no supe pelear por las dos, me mantengo estable esperando que el piso se separe, no pertenezco a este lugar, no me corresponde dormir bajo este techo.

No tenemos la misma realidad, pero hay algo que aún compartimos, además de la sonrisa a medias y los hoyuelos en las mejillas, el deseo de cambiar el mundo y la intensidad con la que acariciamos cada momento. Soy esclava de las falsas apariencias y las pretensiones del exterior, resultado del miedo contenido en la máquina que me permite respirar y la autoridad que me limita con la desgracia de ser responsable de un modo, no de lo que me sucede pero si de lo que decido frente al bloqueo que representan mis raíces y mis propios prejuicios.

No soy perfecta, que inmenso alivio y aprecio todo conocimiento que me vuelva un poquito más sabia, incluso las personas que quedaron en el camino me enseñaron a sufrir experimentando como se cierra el pecho al compás de cada lágrima, cuan enriquecedora puede ser la soledad, resurgir desde ese vacío, donde parece que no hay esperanza, no hay motivos suficientes para empezar de nuevo y aún así con el rostro húmedo decides continuar y de repente todo toma su lugar, no hay encierros sino un espacio en donde habla el silencio y ella vuelve a sonreír, flor de mi niñez que fugaz fue tu inocencia y cuanto sacrificamos para lograr esta fortaleza. Quedaron atrás esos sueños de mil facetas, de enamorarse cada mañana perfumada de aquella flor que jamás supe nombrar pero su aroma me transporta hacia los recuerdos más felices de mi corta existencia. Me atrevo a admitir que en mi soledad aprendí a abrazar mi desconsuelo pero esto llevará tiempo, aún así me caracterizan estas ganas irrefrenables de querer seguir aunque duela aunque cueste, pago el precio de ver alterado mi reflejo pero no mis valores y sabré esperar el triunfo que pronto llegará.

 

Un planteamiento con una base muy firme.
Los conceptos emitidos dejan de relieve
la importancia de tener una buena formación
en la etapa infantil por eso quedan hermosos recuerdos
al traerlos al presente.
Interesante trabajo.
Un placer leer y enviar mis saludos cordiales.